Durante décadas, especialmente en los 50, el single fue el rey
La sola visión de un single retrotrae al pasado, a la época analógica, a los años en que la música precisaba un soporte físico. El disco de 7 pulgadas surgió en la década de 1940, pero su auge, su triunfo como elemento imprescindible le llegó con la irrupción del rock & roll, de modo que el sencillo de dos canciones (luego incluso cuatro) se convirtió en aliado de la música recién ‘inventada’: para el artista, para la radio y para el consumidor, el single era la solución
El sencillo de 7 pulgadas, el 45 rpm, fue un auténtico protagonista de la cultura pop, de la música y, en fin, del espíritu de siglo XX. ¡Cuántas canciones emblemáticas, cuántos éxitos que dieron la vuelta al planeta, cuántos artistas deben su existencia al single! Sí, el Lp fue el recipiente de algunas de las obras maestras de la música, pero sin el imprescindible apoyo del 45 rpm muchos elepés apenas hubieran salido del anonimato. Hoy son piezas de museo, pero durante décadas las máquinas de discos (esas que metías una moneda y seleccionabas un par de temas) fueron el único recurso de millones de personas para escuchar sus canciones favoritas; los jóvenes que descubrían el rock y pop y tenían algo de pasta iban en masa a las tiendas de discos (¡aún hay valientes que se atreven a vender vinilos en su tienda!) para comprar esas dos canciones que contienen los singles; incluso hubo un momento en que algunos coches estaban equipados con una especie de tocadiscos para singles: Chrysler equipó algunos de sus coches de los 50 y 60 con reproductor de singles, pero las condiciones (una gran presión de la aguja sobre el disco para evitar saltos) eran fatales para el vinilo y la idea fue desechada.
En marzo de 1949 el sello discográfico RCA Victor presentó este formato. Más pequeño y manejable que los elepés (de 10 ó 12 pulgadas), ofrecía, lógicamente, menos tiempo de música, e incluso era más incómodo, puesto que había que cambiar el disco o darle la vuelta cada tres o cuatro minutos; además, no todos los tocadiscos tenían la posibilidad de reproducir a 45 rpm, puesto que aun funcionaban mucho los elepés a 78 rpm; y por si fuera poco, el eje de sujeción al plato era más grande que el de los elepés, con lo que hubo que actualizar los equipos, que pronto incorporaron los elementos que el single exigía: las revoluciones y un adaptador para acoplar el agujero del single. Pero a pesar de los inconvenientes, el single triunfó incontestablemente.
En principio, aun en los años 40 y comienzos de los 50, los singles podían contener un artista en la cara A y otro en la B, o un estilo en un lado y otro en el otro. Por ejemplo, en uno de los primerísimos, RCA Victor lanzó el ‘That´s allright’ (que años más tarde Elvis convirtió en un rotundo éxito) de Arthur Crudup en la cara A, mientras en la B aparecía una canción en ‘yiddish’, un lenguaje que combina hebreo, alemán y otros elementos. Lógicamente, la cara A no tenía nada que ver con la B.
Curiosamente, el single y el elepé nacieron enfrentados, haciéndose una dura competencia. La compañía Columbia presentó el Lp de 33 (y un tercio) rpm hacia 1948. Por otro lado, según algunas fuentes, RCA tenía desarrollado (en secreto) el single unos diez años antes, pero aparcó la idea a causa de la II Guerra Mundial. Pero cuando Columbia presentó el Lp a 33,3 rpm en sustitución del de 78 rpm, los dueños de RCA se sintieron superados, y para poder competir exigieron a todo su equipo que el single, el 7 pulgadas que gira a 45 rpm, se pusiera inmediatamente en el mercado. Y así, en 1949, el sencillo de dos canciones con una velocidad de reproducción superior a otros formatos y otras particularidades, hizo su presentación.
Y la cosa funcionó, puesto que antes de que acabara aquel 1949 RCA Victor ya fabricaba grandes cantidades, de hecho, en muy poco tiempo estaba lanzando al mercado alrededor de 25 millones de unidades. El primer éxito millonario del single fue el ‘Rock around the clock’ de Bill Haley & His Comets, que vendió la inusitada cantidad de ¡tres millones de ejemplares! A partir de aquel momento todos vieron que los jóvenes se habían enamorado del nuevo formato, sobre todo porque en los 50 y 60 costaba alrededor de un dólar. Así, los temas que se incluían en un single solían tener sus particularidades, unas singularidades que los convirtieron en objeto de deseo; sin duda, el 7 pulgadas se convirtió en el vehículo perfecto para los grandes éxitos del pop, el rock, el soul, el funk…, es decir, el single permitió la difusión incontenible de la música. Su momento de máximo esplendor (según las compañías especializadas) fue en el año 1974, cuando en todo el mundo se despacharon ¡200 millones de singles!
¡Cuántos singles son auténticos emblemas de la música! No hay que olvidar que el sencillo tiene su propia portada al margen del elepé, y que además de la cara A suele incluir canciones inéditas en la B, tomas diferentes, versiones alternativas…, todo lo cual suele convertirlos en cotizadas piezas de coleccionista.
Todo suena mejor a 45 revoluciones por minuto.
CARLOS DEL RIEGO.