La historia dirá que Gadafi fue un cobarde

Todos estamos viendo en este momento lo que está sucediendo en el Norte de África, y no podemos decir si no que es un verdadero desastre, la actuación del líder (si es que se le puede llamar líder) no es una de las más afortunadas. Gadafi ha mostrado de que cosas son capaces los gobernantes cuando tienen miedo.

Muamar Gadafi, quien se considera a sí mismo el líder de una revolución, en estos momentos está haciendo hasta lo imposible por impedir cualquier cambio en su país. Si bien es cierto que los revolucionarios son ambivalentes (no todos pìensan en el establecimiento de la democracia)  al menos sí son conscientes que la política no puede girar en torno a Gadafi, que la sociedad libia es mucho más que el mismo Gadafi y que él ha de pasar como los demás líderes de la historia;  al olvido.

El fuego de las calles y la toma de ciudades importantes de Libia como Bengazi por parte de los opositores son situaciones que deben estar haciendo que Gadafi tiemble de miedo y físico terror, pues en más de cuarenta años nadie se había atrevido a desafiar de esa forma su poder. Todo esto es particularmente emotivo y sensacional , puesto que Gadafi se considera a sí mismo una fígura de tinte casi místico o divino, actúa como si se tratará de un enviado de Alá, como un segundo Mahoma.

Al ver lo que ocurre en Libia uno no puede si no pensar que los instintos más básicos de los seres humanos han sido desatados, comosi alguien hubiera tomado la caja de Pandora y hubiese soltado todo lo que esta trae por dentro.  Cualquier cosa puede pasar en estos momentos, si los revolucionarios llegan a Tripoli, la capital, el apocalipsis libio será la única opcion futura. Como una breve forma de resumir lo que está pasando en Libia, algo de lo cual todos quieren estar pendientes, tenemos nuevamente un vídeo amateur que llego a la Vanguardia de España. Estas son las escenas más recientes de los sucesos en Libia:

Como pueden notar, los elementos culturales y religiosos no están ausentes en esta Revolución. De fondo se puede escuchar “Ala Akbart” o “Ala es grande”. Quienes hacen la revolución creen que Dios está con ellos, lo paradójico del asunto es que Gadafi, aún en medio de sus acciones cobardes, también cree que su dios está con él. ¿Quién tiene la razón? Probablemente no la tiene nadie.

Finalmente tenemos que reconocer que solo un cobarde bombardea a la gente,  a sabiendas de que morirán inocentes, solo alguien que teme ser derrocado de su poder utiliza los medios non sanctos para mantenerse donde quiere estar, la historia dirá que Gadafi (y compañía) fueron cobardes.