La portada de este libro me llamó la atención, bonita, divertida. Pero como no se puede juzgar un libro por la portada, como ya he dicho en otras ocasiones, decidí meterme de lleno en la historia de Sebastián Cole. Y me ha gustado, bastante, la historia de este niño inventado, pero se me ha quedado un poco corta para mi edad (os recuerdo que acabo de cumplir 14). Por lo que se me ocurrió la idea de ofrecerle a mi hermano Héctor, que tiene casi 8 años, la posibilidad de leerlo y que me diese su opinión. Y él sí que lo ha disfrutado de verdad.
“Oleg y Enma decidieron jugar a un juego con el que llevaban entreteniéndose todo el curso, uno que los había metido en más de un follón: inventarse un compañero de clase. ¿Por qué? Muy fácil: los mosqueteros eran tres, los cerditos eran 3, y ellos eran sólo dos”. Y así es como comienza la historia de Sebastián Cole, y cómo de repente, un niño inventado en un juego, comienza a formar parte de la vida de los otros dos protagonistas del libro.
Oleg y Enma son dos niños tremendamente imaginativos que usan esa capacidad de inventar para dejar a un lado los problemas familiares que los rodean. El padre de Oleg se ha quedado sin trabajo, y se pasa todo el día durmiendo; y su abuela, que vive con ellos, es una escritora que no baja del desván y que desde que salió de Polonia no ha sido capaz de terminar una historia, aunque ha comenzado muchas. Enma vive con su abuelo y sus hermanos; su madre se pasa el día trabajando para que al menos no les falte la comida, y aún así, son muchos los días que su amigo comparte con ella el desayuno cuando escucha las tripas de la niña sonar por hambre.
Como en el colegio se aburren, deciden un día crear a un nuevo compañero, al que llaman Sebastian Cole. Lo incluyen en la lista de clase y escriben sus exámenes como si fuese un alumno más. Pero un día, en su lugar secreto del patio del colegio, una nave de cartón aparece y de ella sale un niño con las mismas características y el mismo nombre que el que ellos habían imaginado. Y a partir de ahí, comienza una historia basada en la amistad que los llevará a vivir multitud de aventuras en las que acabarán implicando a todos sus compañeros del colegio e incluso al conserje vaquero, el conserje del colegio, un personaje que a lo largo del libro se irá ganando su importancia y que acabará teniendo también un papel fundamental.
Y así conoceremos a muñecos de nieve que hablan y se mueven o a una cabra que aparece cuando menos te lo esperas pero más la necesitas. A profesores que necesitan arreglar cuentas pendientes. A niños que no son lo que parecen. Y al Instituto de lo Irreal, la empresa que se encarga de esconder las anomalías que hay en el mundo o darles una explicación para que la gente no sepa que existen personas inventadas o situaciones inexplicables. Y esa organización será la que intente secuestrar a Sebastián Cole para encerrarlo en una habitación y hacerlo desaparecer mediante el olvido. Y hasta aquí puedo contar, porque el resto de la historia hay que descubrirla leyendo.
Como decía al principio, la historia es de fácil lectura, entretenida, pero quizá para mí, algo infantil. Sin embargo, a mi hermano le ha encantado y mi madre que también se la ha leído la ha disfrutado muchísimo por lo que al final creo que puede ser un libro para todos los gustos dependiendo de las preferencias de cada uno Mi hermano no deja de decirme que ha sido su libro favorito de este año, y que le va a decir a sus compañeros que se lo lean. Él ha sido capaz de imaginar la historia en su cabeza y le ha provocado sentimientos de alegría, diversión y en ocasiones tristeza, cosa que no consiguen todos los libros.
Lo que sí me ha gustado es la cantidad de valores que transmite: la importancia de la familia, de cuidar al que tienes al lado, no de dejar de crear y de inventar, la generosidad, la capacidad de adaptación, no confiar en extraños, la necesidad que tienen los hijos de su padres y del miedo a perder su cariño, del miedo a desaparecer porque la gente no piense en nosotros, y, sobre todo, la fuerza y el valor de la amistad. Y, para terminar, un mensaje que merece la pena tener siempre presente: “estar vivo es una aventura maravillosa, haz que cada segundo valga la pena”.
Oleg y Emma llevan todo el curso jugando a un juego: el de inventarse a un tercer amigo. Así pasan el rato. Un día se inventan a Sebastian Cole, un niño capaz de millones de locuras. Nadie en su sano juicio creería que alguien así existe… Solo que un día Sebastian Cole aparece en la guarida secreta de Emma y Oleg, a bordo de una nave espacial de cartón. ES IMPOSIBLE. Y lo que todavía no saben es que muchas otras cosas imposibles están a punto de suceder.
Editorial: Blackie Books
Páginas: 304.
Precio: 16,90 euros.