
"Tenía veintidós años y estaba desesperado por encontrar trabajo, algún contacto humano, así que cuando vi una oferta de archivista epidemiológico auxiliar para la que no pedían experiencia, me presenté de inmediato. La descripción que daban era bastante vaga, algo acerca de nuestros permanentes esfuerzos por comprender el alcance del fenómeno silencioso. Conseguí el trabajo un viernes y al lunes siguiente ya estaba en las calles del distrito financiero de Charlotte con una lista de nombres y un texto de presentación."
Tres autores, un libro que comenzó siendo una aplicación, y una historia en la que los protagonistas carecen de las capacidades necesarias para contarla. Una cubierta con un círculo negro que desde el primer momento identifiqué como un conjunto vacío sin estarlo, y ya tenía muchos motivos para querer acercarme a este libro. Por eso lo compré apenas salió y por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, La historia silenciosa.
Conocemos la historia de una generación a lo largo de treinta años, que comienza en 2011. Una generación de niños que nacen sin capacidad para comunicarse y lo hacemos a través de quienes los conocen y rodean, ya que ellos no nos lo pueden contar. Veremos así las reacciones de toda una sociedad a un fenómeno tan singular.
El libro, estructurado en un prólogo, seis partes y un epílogo nos cuenta una historia que comienza en el presente, en 2011, así que para ser exactos un poquito antes de nuestro presente. Juega con una ficción en la que empiezan a nacer personas que carecen de comprensión para el lenguaje: los silenciosos. Y nos cuenta esta historia desde el punto de vista de quienes les rodean, ya que no se trata solamente de hablar, sino también de leer o escribir, por lo que ellos no nos lo pueden contar.
Utiliza una estructura claramente similar a Guerra Mundial Z en la que vamos recibiendo testimonios de padres, vecinos, profesores, políticos o científicos y de este modo, más que la información que nos proporcionan en sí, lo que nos van creando es una imagen global de como puede reaccionar la sociedad ante un fenómeno semejante. De hecho, es la parte que cobra más fuerza al comenzar la historia; las reacciones, la extrañeza, la búsqueda de las familias de una solución.. y lo hace con una coherencia que provoca que no nos cueste imaginar que esas serían las reacciones en caso de producirse algo así. Del intento de integración, al intento de ayuda o la reclusión pasando por el miedo o el rechazo. Porque cuando estos niños que van creciendo comienzan a congregarse, cambian los sentimientos hacia ellos. Y, por supuesto, también avanza en la búsqueda de soluciones, remedios para esta generación que, guiada por el instinto universal de la socialización, incluso parece haber encontrado una forma de comunicarse excluyente para el resto de la sociedad.
Empecé el libro movida por la curiosidad y fue esa curiosidad la que me permitió dibujar una sociedad tan perpleja como lo estaba yo ante la lectura. No es un libro cuya acción nos mantenga pegados a sus páginas, pero sí las reflexiones que esconde, y también las que nos lleva a pensar y reconocer determinadas actitudes. En interés del lector despierta, más allá de esa curiosidad, cuando empezamos a tener conciencia de las dimensiones de esta nueva generación y a considerarlos como tales, casi como un movimiento. Nos fijamos más en los testimonios que nos hablan de algún silencioso en particular, y luego lo integramos en ese gran colectivo que forman. Observamos las reacciones sociales, y también los intentos de buscar una cura para este silencio, mientras nos damos cuenta de que en un mundo dominado por el lenguaje, la incomprensión caracterizará la relación entre quienes poseen esa capacidad y quienes no.
Como podéis apreciar, tanto en su forma como en su contenido, la historia es muy diferente a las habituales. De hecho, reconozco que me hubiera gustado conocerla en forma de aplicación antes de llegar al papel para poder disfrutar de todas sus posibilidades que son muchas.
Tengo que decir que me ha gustado. Reconozco que puede ser un libro difícil de recomendar por lo atípico, pero es precisamente eso lo que lo convierte en una lectura atractiva. Eso y lo bien llevada que está la narración, en la que pronto reconocemos a algunos de los testigos simplemente al ver su nombre en el encabezamiento. Por todo esto y unos cuantos ases que me guardo en la manga, merece la pena que nos acerquemos a La historia silenciosa.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana de la Navidad?
Gracias
