La HojarascaAutor: Gabriel García Márquez
Pag. 176
ISBN 9788497592475 leyenda
La historia nos lleva al entierro de un médico odiado al que sus vecinos quieren dejar insepulto. Un hombre que se niega a salvar a una docena de hombres heridos en una de las guerras civiles del país. De la misma manera que lo hace con Meme, una mujer indígena que vive con él. La hojarasca está narrada por tres voces distintas, con lo que nos encontramos con una triple visión de la misma historia. El coronel, su hija Isabel y el hijo de ésta que es quien inicia y termina la narración desde el mismo velatorio del doctor. Ellos son los narradores que nos cuentan la historia de una manera subjetiva, como no podía ser de otro modo. De esta manera sabemos cómo vieron y vivieron los hechos que se narran y la relación existente con el resto de los personajes de la novela. Cada uno de ellos representa una generación de Macondo. La visión del niño vendría a significar el presente después de que la compañía bananera se marchara y lo que ello comportó de miseria, desolación y pobreza. Su relato nos muestra el ocaso del pueblo, la desaparición del esplendor de una época. Según ello, la hojarasca sería como la metáfora de todos los males que pueden ocurrir en un lugar, el poso de un pasado destruido. Los tres personajes aparecen influenciados por una misma situación política y social, es decir, por la llegada de
la compañía bananera, por las guerras civiles de Colombia y la guerra mundial. El pueblo se convierte en dos bandos, dos fuerzas contrarias y difícilmente reconciliables: el “nosotros” formado por las familias antiguas de Macondo, representadas por la figura del coronel y el resto, la hojarasca, los restos de seres humanos que acuden a la llamada de la compañía bananera.A través del relato de Isabel nos enteramos de su matrimonio, de su embarazo y de la desaparición de su marido. De su narración conoceremos sus sentimientos y la soledad en la que vive. Ella podría significar los años de bonanza del pueblo y la llegada de la tan temida hojarasca.La narración y los recuerdos del coronel, el mayor de los tres, puede representar socialmente la llegada de la compañía bananera al pueblo, el inicio de un cambio que tendría que conducir al crecimiento económico y a la modernidad. Tanto en el relato de Isabel como en el del coronel se trasluce una cierta fatalidad, una aceptación de los hechos, alejada totalmente del libre albedrío. Las vidas están marcadas por la predeterminación ante la cual nada se puede hacer. Isabel acepta con resignación la vida que le ha tocado vivir. Por su parte el coronel acepta alojar al doctor durante ocho años sin pedirle nada a cambio, consintiendo toda la injusticia y la maldad que este hombre representa en la vida del pueblo. La narración transcurre dentro del mismo espacio: un lugar sofocante, húmedo, con el aire estancado como bien relata el niño. Desde este espacio se cuentan los años pasados desde que el médico entró en sus vidas. Finalmente, García Márquez nos deja con la duda de si el doctor fue enterrado o no y los interrogantes del principio permanecen al final. Nada se sabe tampoco de Meme, la indígena que vivió con el médico, ni de Martín, el esposo de Isabel. Ni siquiera por qué el doctor se suicidó. Los monólogos de los tres personajes nos muestran la vida interior de cada uno de ellos y su reflexión sobre el ser humano.Reseña: Elena Casero