"Los hombres, y lo digo porque soy hombre, no somos capaces de tener un vídeo así y no enseñarlo". La sentencia es del torero Fran Rivera y las palabras las dijo textualmente en el programa Espejo Público, de Antena 3, al respecto del desgraciado suceso que se produjo la semana pasada cuando una trabajadora de Iveco se suicidó porque al parecer no aguantó la presión de que circulase entre sus compañeros un vídeo de contenido sexual grabado por ella misma varios años antes.
No voy a entrar en algunas otras frases que también pronunció Rivera sobre lo acontecido, aunque habría harina para fabricar mucho pan, pero no, ya le han dado al respecto hasta en el carnet de identidad y no pretendo hoy ahondar en esos aspectos. Voy a permitirme hacer de portavoz de millones de hombres que sí serían capaces de tener un vídeo así y actuar como debe actuar cualquier persona independientemente de su sexo.
Rivera, a quien ha definido perfectamente Andreu Buenafuente al afirmar que "tiene las luces en el traje y que ha sido noticia por dos orejas y un rabo, dos orejas con las que hemos escuchado lo que decía y el rabo con el que parece que piensa", representa a ese macho ibérico del que aún quedan, por desgracia, muchos ejemplares. Y si él quiere erigirse en adalid de esa especie muy representada en Vox, partido al que ha apoyado públicamente en varias ocasiones, allá él, pero de ahí a meter en un mismo saco a todos los hombres, no Fran, eso no.
Los hombres educados en el feminismo y en el respeto no hubieran actuado como lo habrías hecho tú de tener un vídeo así en tu móvil porque habrían reprochado la acción a quien lo enviaba, habrían puesto en conocimiento de las autoridades los hechos y habrían cortado la situación de raíz. Entiendo que aconsejes a tus hijas que no envíen vídeos de este tipo si el patrón masculino que contemplas es el tuyo propio, pero pretender que todos los hombres se comportan como tú demuestra la cortedad de miras que te caracteriza.
Conozco a muchísimos hombres que se sienten avergonzados por cómo han actuado otros. De hecho estoy segura de que muchos de los trabajadores de Iveco se han sentido avergonzados porque algunos de sus compañeros difundieran un vídeo personal que afectaba gravemente a la intimidad de una mujer sin valorar las consecuencias de sus actos y sinceramente espero que cada vez estos últimos sean menos.