Revista Opinión
En este blog a menudo he expresado la idea de que el machismo es dañino para toda la sociedad. A primera vista mucha gente puede pensar que las únicas damnificadas son las mujeres, que ven mermados sus derechos en aquellos contextos en los que el machismo impera. Pero la realidad es que esta mentalidad es un cáncer que daña a todo el mundo, y recientemente hemos tenido una demostración trágica y evidente. Hablo, está claro, del atentado en la discoteca Pulse de Orlando.
Según se van sabiendo más datos sobre el atentado, las cosas van quedando más claras... O más turbias, en realidad. Algunas fuentes de información indican que Omar Mateen era homosexual y que de hecho visitaba a menudo esa misma discoteca; otras lo niegan. También se ha especulado sobre si su padre se burló de él diciéndole "gay". Su vinculación con ISIS o posibles motivaciones religiosas tampoco quedan del todo claras... aunque podría dedicar todo un artículo a cómo la religión, y hablo de la religión en general, aunque supuestamente promueve el amor, es la causante de manera indirecta de gran parte de la homofobia en el mundo; y para ello no hay más que ver cómo sociedades en las que las relaciones homosexuales no eran ningún tabú, cambiaron radicalmente con la llegada del cristianismo, por poner un ejemplo.
Quién sabe. Es posible que Omar Mateen no fuese un homosexual reprimido y que su padre nunca le maltratase por este motivo. Pero qué más da: el mundo está lleno de potenciales Omar Mateen, que por causas culturales y religiosas, son obligados a tratar de reprimir su sexualidad. Y si algo nos enseñó Freud, es que reprimir ciertas cosas no hace sino provocar que broten con más fuerza y de maneras dañinas y distorsionadas. Lo sabe el enésimo político ultraconservador pillado en un baño tratando de ligar con un hombre. Lo sabe cualquiera de los cientos de curas que han abusado de menores y que me hace preguntarme por qué a día de hoy tanta gente les sigue confiando a sus hijos. La hipocresía tiene un precio, y el problema es que quien lo paga no sólo es la persona culpable.
Fianlmente uno es dueño de sus actos, y por ello quiero que quede claro que de ninguna manera estoy disculpando a Omar Mateen. Sin embargo, en ocasiones como esta, puede haber un culpable "directo" y otro mucho más difuso, más extendido: la propia sociedad, con su machismo. Cada vez que alguien hace una broma homofóbica a un niño ("sólo es un chiste"), enviándole el mensaje implícito de que ser gay es algo desagradable o ridículo, está poniendo su granito de arena en perpetuar una sociedad machista. Cada vez que alguien llama calzonazos a un hombre por cuidar de sus hijos, cada vez que tratamos de que los niños jueguen al fútbol y no a las cocinas o a las muñecas aunque lo prefieran, cada vez que bromeamos sobre el que un hombre haya sido violado o maltratado por su pareja, estamos contribuyendo a crear una sociedad hostil donde sólo determinados perfiles de persona son aceptables, y los que no encajen deben ir guardándoselo todo dentro, como una olla a presión a la que vamos subiendo más y más la temperatura. ¿De verdad es una sorpresa lo que ocurre a continuación?