Revista Insólito

La honradez del científico

Publicado el 28 agosto 2010 por Pablowski

Corría el año 1900, y tres científicos, separados en el espacio, se dirigían simultáneamente a la misma conclusión. Todo esto sin conocer ninguno el trabajo de los otros. Se trataba de Hugo de Vries, un botánico holandés, Carl Correns, alemán, y Erich von Tschermak, austriaco.

La honradez del científico

Gregor Mendel

Sus experimentos e ideas habían llevado a cada uno a formular una teoría que parecía regir la herencia de caracteres en los seres vivos. Cuando se disponían a dar a conocer tan importante hallazgo, cada uno lo puso en común con los otros y realizaron un ejercicio de retrospectiva revisando publicaciones anteriores. Cuál sería su sorpresa que un monje agustino había dado exactamente con la clave que ellos pero 35 años antes en una revista local (La Society for Natural Sciences). Ese monje era Gregor Mendel.

En un ejercicio de honradez hacia la comunidad científica, en vez de atribuirse el mérito los tres (y por tanto, seguramente no hubieramos oído hablar de Mendel hasta mucho tiempo después) consiguieron resarcir al autor original y rescataron las que hoy son conocidas como las Leyes de Mendel.

Esta pequeña anécdota puede servir para ilustrar uno de los factores esenciales de la ciencia: La honestidad. Y la ciencia es honesta hasta en detalles como este, porque que los nombres fueran otros tras este avance científico no hubiera cambiado la dimensión y el alcance del mismo.


Volver a la Portada de Logo Paperblog