Publicado el 18 septiembre, 2011 por juanmartorano Morella Cordero Felizzola (*)
La manera como se está conduciendo el proceso revolucionario y humanista que nos estamos dando en el país motiva a escribir de manera autocrítica, debido a que si no somos nosotros mismos capaces de corregir sobre nuestros propios errores no esperemos que la oposición lo haga, porque éstos no realizan críticas constructivas sino que montan “ollas podridas” que falsean la realidad para continuar con la conspiración que perpetran desde hace ya doce años, mientras a quienes nos interesa la transformación radical de este Estado burgués debemos estar pendientes de las situaciones de peligro para alertar y que puedan ser corregidas oportunamente.
Nuestro estado Bolívar es privilegiado en vialidad, si nos comparamos con regiones como Anzoátegui y Guárico cuya vialidad es realmente desastrosa. En el caso de Guárico, carretera que conozco como la palma de mi mano, recuerdo todas las veces que en la gestión del ex gobernador del PPT, Eduardo Manuitt, en varias ocasiones el presidente Chávez le asignó recursos para mejoras de la vialidad, y cada vez que esto ocurría me alegraba tanto pensando que por fin habría allí buenas carreteras, para colmo el ex gobernador abarrotó de peajes las mismas con la supuesta intención de que con el dinero percibido por cobro de peaje mantendrían como una “tacita de plata” la carretera del llano, nada de esto ocurrió nunca y el señor se fue del país huyendo por denuncias de malversación de fondos públicos. Los más recientes asfaltados realizados en dicha vialidad los realizó el desaparecido camarada Willian Lara, además de Pdvsa.
En el estado Anzoátegui en los casi 8 años de gestión de Tarek William Saab no ha sido posible que una gota de asfalto caiga sobre las carreteras, esta vialidad está entre las peores del país.
Las carreteras en el estado Bolívar han sido refaccionadas desde el 2004 cuando el gobernador Francisco Rangel Gómez asumió, ya que las mismas se encontraban en paupérrimo estado producto de la falta de inversión de los anteriores mandatarios regionales. El caso de la troncal 19 es digno de otro tipo de análisis ya que la misma sufre en la actualidad una sobreutilización debido a que por allí se transportan las pesadas superestructuras que levantan el tercer puente sobre el río Orinoco, lo que origina que su vida útil se vea disminuida y deba ser reparada más seguido.
El alcalde José Ramón López apenas asumió en el municipio Caroní, emprendió una cruzada de asfaltado en las zonas populares que nunca fueron atendidas por ningún gobierno municipal. El caso de la alcaldesa del municipio Iribarren, del estado Lara, Amalia Sáez es parecido, ya que desde que comenzó su gobierno no ha parado de mejorar de manera estructural el asfaltado de las zonas deprimidas a las cuales el actual gobernador Henri Falcón cuando fue burgomaestre nunca les colocó un milímetro de asfalto, por el contrario a las zonas donde vivían los burgueses sí.
El estado en que se encuentran Puerto La Cruz, capital del municipio Sotillo y Barcelona, capital del municipio Simón Bolívar en el estado Anzoátegui es deprimente, allí por donde lo busques nada funciona, asfaltado desastroso, alumbrado inexistente, ornato deplorable y lo que es peor aún en dos ciudades cuya principal actividad económica es el turismo, si no conoces la ciudad, pasarás las rabietas del siglo -por no decir la palabrota que encaja- tratando de salir a la carretera que conduce hacia Caracas o El Tigre, porque la señalización es desastrosa, no existe, se tiene que recurrir a preguntar a los transeúntes cada 3 ó 4 cuadras para no perderse de la ruta, ¡qué calamidad!
Corriendo el riesgo de que me tilden de contrarrevolucionaria, pero no podemos perfumar la caca -como dice el camarada Alí Primera-, llegamos al llegadero y no podemos encubrir los errores de algunos funcionarios públicos que ponen en peligro la gestión del presidente Chávez y con ella la revolución bolivariana.
(*) Economista, presidenta de la Comisión de Política Interior del Consejo Legislativo del Estado Bolívar (CLEB).