Revista Cultura y Ocio

La hora de las sombras. Johan Theorin

Publicado el 23 febrero 2011 por Carmina
La hora de las sombras. Johan Theorin
La hora de las sombras, es una novela tan intrigante como compleja de reseñar. Hay tantos puntos por tocar y hay que hacerlo tan sutilmente para no revelar nada de la trama que me he encontrado varios días delante de esta hoja en blanco sin saber como abordarla. La primera vez que vi reseñada esta novela en el blog de Isi ya me cautivó, pero ha sido gracias a Blogguz y a Random House Mondadori que ha desembarcado en mi casa, y la he podido disfrutar de a poquitos, paladeándola, sumergiendome en su tristeza, en el ambiente opresivo de la isla de Öland, en el mutismo de sus gentes, en la niebla que todo lo engulle y desorienta.
Theorin reconoce que la idea de la novela surgió a raíz de una entrevista que como periodista le hizo a una persona mayor, esta le contó una extraña historia de un chico joven que se había convertido en asesino y había huido a Sudamerica, "quedé fascinado con el caso de asesinato que me contó, no tenía nombre, pero lo llamé Nils Kant, y empecé a imaginarme quien era esta persona.Y cada vez que iba a Öland, lo veía caminar". En un principio lo concibió como un relato corto, sin embargo este empezó a tener vida propia y a crecer y crecer, convirtiéndose en una criatura diferente.
No obstante, fue un hecho doloroso para él, que lo sumió en la tristeza y la desesperación, la muerte de un amigo, el que acabo de dar forma a la novela. Julia nació de esta experiencia, el dolor de Julia por la desaparición de su hijo es el dolor que sintió el autor por la de su amigo, el duelo de la protagonista un reflejo del duelo del autor. No es de extrañar que este personaje esté tan bien dibujado, perfilado y con los sentimientos a flor de piel.
Nos encontramos ante una novela negra nórdica, con los tópicos propios de esta, pero al mismo tiempo diferente. Ante nuestros ojos toma vida un tiempo hostil, una isla cerrada, unos habitantes tan inhóspitos como la tierra en la que viven, una tristeza contagiosa, y el alcohol que se derrama a raudales por las venas de uno de los protagonistas, hasta aquí podríamos tener la radiografía de la mayoría de la novelas negras nórdicas. ¿Entonces donde radica la diferencia? En la falta de detective, no es una novela negra al uso, ni falta que le hace. Tampoco hay un cadáver explicito al comenzar la investigación, aunque luego irán apareciendo algunos, y la persona que se dedica a investigar es un octogenario reumático, con graves problemas de movilidad, le ayudan en sus hipótesis otros compañeros también mayores, y para mí es justo eso lo que pone esa nota de optimismo a la novela, puesto que vejez no es sinónimo de ser un estorbo, uno puede permanecer activo y seguir luchando, de hecho cuando todo le mundo ha dejado por muerta la investigación son este grupo de ancianos los que no se resignan y siguen investigando por su cuenta, con el riesgo que ello conlleva.
La trama comienza en 1972 con la desaparición de Jens Davidsson, un niño de seis años, curioso que aprovecha que su madre y su abuelo no están en casa y que su abuela delicada de salud duerme la siesta, para trepar por el muro que separa su casa del exterior, la niebla es muy densa ese día y al poco tiempo se siente perdido, desorientado, ha encaminado sus pasos al lapiaz... allí se encuentra con Nils Kant, pero este dato sólo lo conoce el lector, la novela se desarrolla sin tener ningún tipo de conocimiento de este hecho. Las hipótesis que barajó la investigación es que bajó a la playa y se ahogó, sin embargo hay dos personas que no creen que eso fuera posible, su abuelo Gerlof, y su madre Julia.
La hora de las sombras. Johan Theorin
Este primer capitulo le da pie a Theorin para contarnos de forma alterna la historia de Nils Kant, un hombre taciturno, solitario y violento.... aunque no siempre, más que violento era irascible y siempre actuaba a la defensiva, si percibía peligro actuaba en defensa propia. Este carácter le llevo a cometer varios asesinatos y a exiliarse a Sudamerica...¿Pero para siempre?, ¿Con quien se encontró Jens en el lapiaz?.... muchas preguntas y sus respuestas están en las páginas de esta absorbente novela. Un personaje mimado y cuidado en exceso, al final puedes llegar incluso a sentir compasión por él, una víctima de las circunstancias que le toco vivir, un superviviente, una persona que se adapta como puede al entorno. Con todo lo que este personaje entraña me ha gustado mucho su historia que comienza cuando es pequeño, pasa de puntillas por la II Guerra Mundial y nos traslada a Sudamerica. Al personaje se le ve una evolución, siempre sumido en ese afán por sobrevivir, por poder abrazar de nuevo a su madre, por volver a su isla natal.
Desde ese primer capitulo, han pasado veinte años. Julia esta cerca de la cincuentena, es enfermera en Gottemburgo, pero casi siempre esta de baja médica desde que su hijo desapareció, sólo busca una explicación, saber que le pasó ese día a su hijo. La culpa la corroe, la relación con el resto de la familia se ha enfriado de tal forma que es casi inexistente, y ella se refugia en el alcohol, que le ayuda a olvidar y mantener de a poquitos la cordura. Con Jens desaparecieron muchas cosas y ella necesita cerrar la historia como único modo de poder continuar con su vida. El personaje esta dibujado con guante blanco, es imposible no sentir compasión por esta mujer, su obsesión acaba siendo la nuestra, encontrar a Jens le pese a quien le pese. Sin embargo no estará sola en esta aventura la acompañará su padre Gerlof.
Theorin se basó en su abuelo, antiguo capitán de barco que siempre le sorprendía con sus historias, para dibujar el personaje de Gerlof. Ya retirado este capitán no ha cejado a lo largo de los años en su empeño por arrojar luz a lo que le sucedió a su nieto, la culpa lo corroe tanto como a su hija. Veinte años después del suceso y sin que haya avanzado mucho en la investigación, se encuentra en una residencia para ancianos, aquejado de un reumatismo que le dificulta bastante la movilidad. Sin embargo no deja que la enfermedad le gane la partida y se obliga a moverse. Y en esta coyuntura recibe un sobre con una sandalia de niño que podría haber pertenecido a Jens. Comienza una nueva etapa en la investigación y necesita cerca a su hija, al menos para que le confirme que perteneció al pequeño.
Con este fin Julia viaja de nuevo a Öland y allí se reencuentra con sus fantasmas, en su pueblo solo viven dos personas, las casas de verano están cerradas, el ambiente es deprimente, ve a Jens por todas partes pero una vez comprueba que sí es sandalia su determinación por encontrarlo crece. Se encontrara con el mutismo de los lugareños, con muertes que van sucediendose a su paso, y que le cierran las puertas a una posible verdad. Nada es lo que parece en esa pequeña sociedad que esconde sus secretos y es capaz de vivir con ellos, y sobre todo al ir acercándose a la verdad despertarán el recelo del asesino que ve peligrar su secreto e ira terminando con todo aquel que se acerque demasiado a la verdad.
Theorin consigue que las dos historias mantengan la expectación del lector, el hecho de alternarlas nos va dando una idea clara de quien es la persona sobre las que gravitan todas las culpas, sin embargo ¿es posible que fuera él?, el final de la historia de Nils Kant arroja luz sobre lo que paso en el lapiaz, pero las apariencias engañan, la niebla cubre nuestra mente y nada es lo que parece. Y eso lo aprenderá Julia de una forma nada agradable.
El autor pasó los veranos de su infancia en la isla, y eso se nota en las descripciones, sin embargo no todos los enclaves existen, la ciudad de Stenvink es invención del autor, las empresas y los personajes son ficticios, algunos inspirados en su propia familia, al final del libro incluye fotos de sus familiares, de su abuelo que inspiró a Gerlof, de su tio Egon que viajó a Sudamerica y era cantero, peluquero y buzo. Las profesiones de la isla aparecen muy bien retratadas, la de cantero, la de capitán, y la de los pescadores, las historias que le contaban tanto su abuelo, como su tío, como su madre, fueron dando forma a esta novela. Las fotografías comentadas por el autor al final del libro son una gozada, y te trasladan a la isla, al leer estos comentarios te das cuenta cuanto del autor hay en Julia y cuanto de su abuelo hay en Gerlof, salvando las distancias.
Con este titulo el autor gano el premio a la Mejor novela criminal Sueca en 2008 y el Glass Key en 2009, forma parte de la cuatrilogía de Öland, sin embargo se puede leer de forma independiente porque cada libro cierra la historia. La continuidad en la serie la marca la isla en las distintas estaciones del año y el personaje de Gerlof... La hora de las sombras retrata la isla sueca en otoño. Es una novela que te mantiene expectante hasta el final, el autor consigue trasladarte la desazón de los personajes a esa hora de las sombras, cuando anochece y las sombras van adueñándose del paisaje,un momento en que tradicionalmente se contaban historias acordes con el momento que se vivía.
No veo el momento de leer la Tormenta de nieve, la segunda parte de esta cuatrilogía, que como su propio nombre indica se desarrolla en invierno, y ya esta prevista para la próxima primavera la tercera entrega, La marca de sangre. Si eres lector@ de novela negra, esta novela te envolverá como lo hace la niebla, te hará pasar por distintos estados de ánimo, y te dejará un grato sabor de boca al final. Una novela donde la ambición desmedida, el afán de venganza, y el odio entretrejen sus hilos para dar lugar a una novela negra de calidad.

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