Hay síntomas, a cuatro días de distancia, para decir que la huelga va a ser un éxito. A pesar de todas las dificultades, empezando por las descalificaciones que se hacen desde la derecha, tanto política como mediática, a pesar de los piquetes empresariales y del miedo a perder el trabajo, la huelga tiene que ser un éxito.
Representantes de la cultura y del espectáculo han unido sus voces a favor de la huelga. Izquierda Unida y otros partidos de la izquierda real apoyan la huelga. Muchas asociaciones de todo tipo también harán huelga.
Hay motivos de sobra para que todos salgamos a la calle. Nos jugamos mucho. No sólo nosotros, las generaciones que vienen van a sufrir las consecuencias de esta reforma salvaje.
Esta reforma laboral es meterse en el túnel del tiempo y retroceder hasta los años 70, antes del Estatuto de los Trabajadores, y con mucha menos seguridad en el trabajo que entonces.
Esta reforma deja a los empresarios dueños y señores de todas las condiciones laborales, permitiendo la movilidad geográfica, la organizativa y cualquier otro cambio que te pueda afectar.
Esta reforma permite que se negocie desde las empresas pequeñas directamente con el empresario, al margen de convenios de sector. Lo que hace que los trabajadores se encuentren en una situación de inferioridad y se vean obligados a aceptar las condiciones que les imponen (imagínense en una empresa de seis u ocho trabajadores, que tienen que negociar con el dueño, sus condiciones).
Esta reforma abarata el despido, dejándolo por los suelos. Hace que la mayoría de los despidos puedan ser procedentes y por lo tanto la indemnización de 45 días por año pase a 20 días.
Esta reforma llega a algo insólito en el mundo occidental: Independientemente de las razones si faltas al trabajo el veinte por ciento en dos meses, te pueden despedir de forma procedente, aunque sean las ausencias sean justificadas. Incluido, enfermedad aunque sea grave o cualquier otra causa de fuerza mayor. Da igual. A esto le llaman “absentismo laboral justificado”, aunque su nombre debería ser “cabronada empresarial”. De hecho aquí, en el vídeo siguiente, está la prueba.