“He intentado la conquista de América por una razón implacable y por una gran ternura que he sentido por las cosas y por las gentes; he comprendido en la tierra de estos hermanos separados de nosotros por el silencio de un océano, los escrúpulos, las dudas, las vacilaciones y las razones que motivan el estado actual de sus manifestaciones y tengo confianza en el futuro. Bajo semejante luz, la arquitectura nacerá.” Le Corbusier
La presencia de Le Corbusier en nuestro país, fue la resultante de diversos factores que, motivaron sus numerosos viajes a nuestro continente a partir de 1929. Así podemos mencionar, su frustrado proyecto para el Palacio de las Naciones en Ginebra, el rechazo y desinterés de sus ideas por parte de administraciones soviéticas y alemanas, sus encuentros con latinoamericanos residentes en París, relacionándose con escritores, pintores, arquitectos, escultores y mecenas (Tarsila de Amaral, Vicente Huidobro, Paulo Prado, Alfredo González Garaño) y en particular los relatos del poeta Blaise Cendrars entre otros. Todo esto, en un contexto de debate internacional sobre la renovación de la arquitectura y el urbanismo, hicieron que Le Corbusier encontrara en estas tierras, un lugar posible para difundir los ideales del Movimiento Moderno y desarrollar el Espirit Nouveau.
“Fue en casa de la encantadora e inteligente Duquesa de Dato, en Paris, que conocí a Gonzalez Garaño. Me obligó a salir para Buenos Aires, para que expresara en esa capital, en gestación gigantesca, las realidades y la próxima suerte de la arquitectura moderna. Por otra parte, Paulo Prado, desde el año 1925, me llamaba desde Sao Paulo y Blaise Cendras, en París me iba empujando con gran numero de argumentos, mapas geográficos y fotografías.” 1
Ya en el año 1928, Victoria Ocampo le había encargado a Le Corbusier el proyecto de una casa en la calle Salguero en Buenos Aires, teniendo muy definido su programa funcional y espacial como así también los postulados corbusieranos que estaba dispuesta a seguir. La propuesta planteada por Le Corbusier es rechazada. En paralelo el académico Alejandro Bustillo, por pedido de la escritora, desarrolló el proyecto para otra vivienda en Rufino de Elizalde que finalmente construyó.
Si bien en su primer viaje a Buenos Aires, mantendrá una intensa relación con la elite intelectual y política local y realizará una serie de diez conferencias que luego constituirán su libro “Précisions sur un état présent de l´architecture et de l´urbanisme”; no logrará en esos años materializar sus ideas o llevarlas a la práctica en nuestro país.
Sería recién en los años posteriores, donde llegarían algunas nuevas repercusiones…
En su estadía en tierra americana, realizó también viajes a La Plata y a San Antonio de Areco, con ese interés constante en establecer nuevas relaciones que le permitieran impulsar sus proyectos.
Su visita era financiada por la Asociación Amigos del Arte, la Facultad de Ciencias Exactas y la Asociación Amigos de la Ciudad; a través de las cuales se vinculó con numerosas personalidades como ser: Enrique Bullrich, Miguel Angel Cárcano, Alberto Prebisch, Wladimiro Acosta, Matias Errázuriz y Julián Martinez.
Luego seguirían las ciudades de Mar del Plata e incluso Asunción del Paraguay, siendo este viaje en circunstancias muy particulares: se trataba de un vuelo inaugural de la Aeroposta Argentina, con diez pasajeros, entre ellos Antoine de Saint-Exupéry.
Cabe mencionar además, cómo pese a su espíritu de conquista, la convicción de sus ideas y sus excelentes vinculaciones; no logrará anclar sus ideas en forma inmediata.
En 1935, en una carta a Victoria Ocampo, Le Corbusier expresaba su intención de construir.
“¿Mi presencia en Buenos Aires? ¿Para qué? ¿Para más conferencias? Di diez en 1929, ya es cosa hecha.¿Volver a empezar?, no me seduce. Probar algo, eso es lo que importa. Demostrar construyendo.
Europa está enferma, embrutecida. Buenos Aires puede hacer lo que hay que hacer: construir!
Pero conferencias solamente, un viaje semejante para hablar tan sólo? ¡No! Tengo cincuenta años. Es hora de demostrar.” 2
Hacia finales de la década del 30, Jorge Ferrari Hardoy y Juan Kurchan completaron su formación en el mítico Estudio 35 rue de Sévres y bajo la dirección de Le Corbusier desarrollaron las ideas para un Plan Director de la ciudad de Buenos Aires.
Allí además los arquitectos argentinos se vinculan con Antonio Bonet y forman el grupo Austral, el cual tendrá un rol determinante en la arquitectura argentina del siglo XX.
Arquitectos como Alberto Prebisch, Alejo Martinez, Antonio Vilar lograron llevar adelante las ideas de la modernidad y es a principios de los años 40, cuando Amancio Williams pese a la dinámica local interna que reivindicaba la modernización con un orden conservador en oposición a las ideas vanguardistas; se adhiere al discurso de la Modernidad con algunos matices.
“Estableció relaciones con los más importantes arquitectos modernistas de todo el mundo, y con artistas igualmente modernistas argentinos y extranjeros. Entre los primeros, se encuentran figuras como Le Corbusier, Walter Gropius, Mies van der Rohe, Reginald Malcomsom, Jerzy Soltan.” 3
Williams egresado de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires en 1941, forma su propio estudio como centro de experimentación, investigación y enseñanza. Desde allí logra concretar en sus primeros años sus proyectos más difundidos e inicia una comunicación epistolar con Le Corbusier, a quien admira y considera un maestro; enviándole incluso a Paris, un dossier con documentación sobre sus obras.
“Querido amigo:
Recibí la carpeta que usted me destinara.
La he examinado con vivo interés, he leído su carta con alegría y le agradezco la simpatía que me demuestra.
Usted tiene mucho talento.
Todo esto respira el aire del mar abierto, el oceáno y la pampa, trayéndonos ese sentido del espacio y de la decisión cuya ausencia parece ser la debilidad de Europa y de Occidente en particular.” 4
Este diálogo se fue intensificando, hasta que en 1947 finalmente se conocen personalmente, al ser invitado Williams a participar de L’Exposition Internationale de l’Habitation que se realiza en el Grand Palais.
Hacia 1949, cuando por pedido del Dr. Pedro Curutchet, Le Corbusier acepta realizar el proyecto de su casa y consultorio en la ciudad de La Plata; propone para la dirección de esa obra a los arquitectos: Williams, Ferrari y Kurchan, Bonet y Gómez Gavazzo:
“la realización de la construcción será controlada por uno de mis amigos de Buenos Aires, que usted podrá elegir entre aquellos que le indicaré. Se trata de arquitectos capaces de controlar los planos que yo establezca y de comprender perfectamente su espíritu.” 5
Amancio Williams será el elegido, quien asumirá el compromiso de ser el “intérprete” del pensamiento de Le Corbusier, pero incorporando también su innovación y creatividad en un complejo proceso de realización, que posibilitó que hoy pese a todo, la obra se nos muestra con su condición de ser la única construida por Le Corbusier en América Latina, ícono de la Arquitectura Moderna en Argentina.
Por otra parte, pese a la infatigable insistencia de Le Corbusier por concretar grandes proyectos urbanos para Buenos Aires, los tiempos políticos que se vivían en nuestro país (Década Infame 1930-1943) y los desencuentros con sus amistades argentinas, ya sean discípulos o no; frustraron su afamado interés por convertirla en “la ciudad del siglo XX”.
Fue tal vez una reciprocidad fallida, pero a pesar de ello, sus ideas e ilusiones proyectuales dejaron su huella en las posteriores obras de arquitectos argentinos.
Dolores Gómez Macedo 2015©
Fotografías: FLC/ADAGP. Imagen de Amancio Williams, gentileza ©Archivo Williams
Las fotos de la Galeria de imágenes 1 fueron tomadas a bordo del Lutetia
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Notas:
- Le Corbusier, Precisiones, Prologo Americano, Buenos Aires, 1929, 34.
- Merro Johnston, Daniel, El autor y el intérprete, 1:100 Ediciones, Buenos Aires, 2011,18.
- Liernur, Jorge F., Aliata, Fernando, Diccionario de Arquitectura en la Argentina, Tomo VI, Clarin, Buenos Aires, 2004,194.
- Merro Johnston, Daniel, Op.Cit., 27.
- Liernur, Jorge F., Pschepiurca, Pablo, La red austral, Univ. Nacional de Quilmes, Buenos Aires, 2012,389.