Si bien este blog no persigue un objetivo religioso, no podemos quedarnos ajenos al homenaje que se realizó al beato Juan Pablo II en Montevideo, en una misa campal presidida por el Cardenal Marc Quellet, Prefecto de la Congregación para los Obispos, y que tuvo lugar en el mismo lugar en donde el Papa polaco celebró la misa en su primera visita a Uruguay.
De esa histórica visita, en 1987, nos quedó como recuerdo la enorme cruz que presidió aquella celebración, que junto a una estatua del Papa fueron testigos de este nuevo acontecimiento, que contó con la participación de casi diez mil uruguayos, todos congregados en torno a la figura de Juan Pablo II.
Para ver la cobertura de las dos visitas del Papa a Uruguay, visite el siguiente link: ver aquí.
A continuación ofrecemos la cobertura periodística de la celebración:
Para ver el video de la celebración haga clic aquí
La celebración fue organizada por la Arquidiócesis de Montevideo como acto de acción de gracias a Dios por el don inmenso de la santidad que regala al nuevo Beato Juan Pablo II.
Desde tempranas horas del domingo se cortó el tránsito por Bulevar Artigas desde la Avenida 18 de Julio hasta Goes.
La celebración fue presidida por el Cardenal Marc Ouellet (canadiense), Prefecto de la Congregación para los Obispos y Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina.
Ouellet, es el número tres del Vaticano y estrecho colaborador del Papa Benedicto XVI. No es frecuente que visite nuestro país una jerarquía de la Iglesia Católica tan alta, por lo que el Cardenal Oullet, agradeció al comienzo de su homilía, por su presencia en Uruguay.
Oullet destacó que las virtudes de Juan Pablo II como comunicador impresionó al mundo. “Fue un peregrino de la Fé católica, un peregrino que tuvo la preocupación de llevar a cabo las orientaciones del Concilio Vaticano II, y abrir un diálogo más íntimo, más directo, entre la Iglesia Católica y el mundo moderno, y por eso recorrió tantos países”, afirmó el cardenal.
También destacó el sufrimiento con el que cargó el anterior pontífice.
El cardenal también recordó la conclusión de la Paz entre Chile y Argentina, para la cual Juan Pablo II fue mediador en ese conflicto.
En la celebración también fueron ordenados tres sacerdotes y cuatro diáconos en camino al sacerdocio. Esta parte de la celebración fue muy emotiva y los ordenados, recibieron la imposición de manos de todos los sacerdotes concelebrantes.
Por su parte, el arzobispo de Montevideo, Nicolás Cotugno, llamó a “rezar por todos los desaparecidos y muertos de todos los bandos, a manos de nuestros propios hermanos”. Llamó también al perdón y la reconciliación.
La música coral y guitarras, corrió por cuenta de los jóvenes estudiantes del Liceo Jubilar. La música escogida para esta oportunidad, tuvo un gran perfil latinoamericanista.
Fuentes: www.elpais.com.uy, www.elobservador.com.uy, www.elespectador.com