Revista Cultura y Ocio

La huella del mal - Manuel Ríos San Martín

Publicado el 02 septiembre 2019 por Laura @TemploLectura
La huella del mal - Manuel Ríos San Martín
La huella del mal
Manuel Ríos MartínPlaneta, 2019576 págs.Serie:  autoconclusiva
Sinopsis
Durante una visita escolar a la excavación arqueológica de Atapuerca, un chico de catorce años descubre que una de las reproducciones humanas que imitan los enterramientos de los homínidos de hace miles de años es, en realidad, el cuerpo de una chica muerta. La joven parece haber sido colocada con una simbología ritual, y todas las pistas apuntan a un macabro homicidio similar al ocurrido seis años atrás en otro yacimiento en Asturias.
En el pueblo se desata la inquietud. Demasiados detalles recuerdan el caso anterior, por lo que el juez piensa en reunir de nuevo a los policías que se hicieron cargo entonces: Silvia Guzmán, inspectora de la UDEV, y Daniel Velarde, un expolicía dedicado ahora a la seguridad privada. Sin embargo, nadie sabe que en el pasado ambos vivieron una relación sentimental que acabó de manera abrupta y que tuvo mucho que ver en la truncada resolución del caso. Ahora, Silvia y Daniel tendrán que aprender a colaborar y aclarar sus sentimientos para descubrir al asesino del yacimiento y cerrar aquella herida abierta en su pasado.

Opinión
Había visto algunas reseñas que ponían muy bien a este libro y me apetecía leer algo de este estilo para quitarme el parón lector que tenía, me animé, y conseguí totalmente mi propósito, La huella del mal.
Nos encontramos en Niebla, un pueblo burgalés cercano al yacimiento de Atapuerca. Se va a dar a conocer un descubrimiento que será noticia durante mucho tiempo, pero un trágico hecho dará al traste con todo: ha aparecido un cadáver en mitad del yacimiento con tintes rituales y que se asemeja a otro caso ocurrido en otro yacimiento en Cantabria, hace unos años. De esta forma, volverán a llevar el caso las dos personas que estuvieron a cargo del anterior caso, Silvia Guzmán, la inspectora a cargo, y Daniel Velarde, que tras el caso dejó la policía y se pasó a la seguridad privada, ahora trabajará como asesor policial. Con ellos, les acompañará Ajuria, que será su primer caso fuera de Madrid.
El caso se asemeja demasiado al anterior caso en Piloña, cosa que a los dos les trae malos recuerdos: en aquella época pasaron muchas cosas entre Guzmán y Velarde, sucesos que tras seis años no han superado, y donde quedaron heridas abiertas. No pudieron encontrar al asesino, y además el único sospechoso escapó y todavía anda en busca y captura, ¿será el mismo asesino o es un imitador? Comienza así una investigación clásica, con interrogatorios a la familia y amigos y donde encontrarán que la chica muerta tiene muchos secretos, varios sospechosos que entran dentro del perfil de asesino, pero ninguno claro y tampoco encuentran pistas claras lo que añade mucha más presión al caso.
A la clásica investigación, se une la trama personal de los inspectores. Una antigua y dolorosa relación, malos rollos entre ellos, la culpa y el dolor vuelven a aparecer justo en los momentos más difíciles: intentando resolver un crimen... Y es que los dos personajes gozan de gran protagonismo en la historia. Hay momentos tranquilos donde les conocemos y conoceremos su pasado; encontramos una justa profundización en cada uno de ellos para entender sus posturas y sentiremos sus miedos y angustias al sentir que se les escapa de nuevo el asesino. Además de estos personajes tenemos a un compañero nervioso, intentando comprender su trabajo, jefes nerviosos por encontrar a un sospechoso, familiares extraños, trabajadores del yacimiento que pronto se convertirán en protagonistas... muchos personajes, multitud de dudas e interrogantes en muchos de ellos, y secretos a doquier, que poco a poco el autor irá revelando.
Todo esto se le une a una espectacular ambientación de la zona. Aunque el pueblo en sí sea imaginario, el entorno es totalmente verídico y es alucinante como el autor ha retratado todo tan bien, tan cercano, y tan escénico. Cuando leía los parajes, las escenas, los momentos más intensos parecía verlos in situ. Creo firmemente que tarde o temprano esta novela será hecha serie o película, no tengo duda alguna: tiene los ingredientes ideales para ello, thriller trepidante, tramas personales y temas tratados interesantes, muchos personajes sospechosos y un enclave idílico y sugerente, pero a la vez inquietante y singular. Y no podemos olvidarnos de que el crimen está sumido en un ambiente y psicología excelente, pero muy primitiva: el autor se adentra en la mente del ser humano y si esa violencia y la maldad que a veces se desata viene dada por herencia y si los culpables son los genes que heredamos de nuestros antepasados homínidos hace miles de años. Esta parte me ha gustado mucho, me ha gustado como ahonda el tema, como profundiza y como analiza ciertos aspectos para conocer de dónde viene "el mal", de ahí el título de la novela, que evidencia perfectamente lo que vamos a encontrarnos.
Todo esto lo culmina de forma previsible en cierto modo a mi modo de ver, pero con aspectos que consiguen sorprender al lector. Conozco personalmente el sitio donde sitúa la batalla final y me ha parecido muy acertada y me ha maravillado como describe todo: era volver a sentir el lugar de nuevo. Es cierto que yo sospechaba desde el minuto uno de una persona, pero nunca imaginaba el porqué: y ahí sí consigue atrapar al lector. Una novela que me ha enganchado, es muy ágil y rápida, pero donde profundiza en ciertos temas que personalmente me inquietan y me interesan a la par, y me ha gustado como lo ha llevado. Una novela entretenida y muy recomendable para todos los públicos, ya que podemos incluirla en típica novela que va a gustar, siempre, sin duda alguna, porque tiene ese "algo" que hace que no puedas soltarla.
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