Revista Cultura y Ocio

La huella del pájaro. Max Benton

Por Mientrasleo @MientrasleoS
La huella del pájaro. Max Benton
     "Los vio bailar alocadamente. Agitaban la cabeza, sus manos trazaban símbolos en el aire, la piel perlada de sudor. Se fijó sobre todo en las chicas: intentó captar sus miradas, pero ellas no le prestaban atención. Se quedó sentado en silencio, en un rincón aparte de los demás, con una sonrisa helada en los labios. A veces movía el pie al ritmo de la música, pero, en cuanto lo advertía, detenía el gesto, erguía la espalda e inspiraba con aire desdeñoso."
     Tengo este libro hace una eternidad en casa, de hecho no me acordaba hasta que apareció al colocar los estantes. Se había deslizado por detrás, y lo perdí la pista olvidándome de él. Visto y leído, hoy traigo a mi estantería virtual, La huella del pájaro.
     Conocemos al comisario Nils Trojan, un hombre divorciado con una hija, meticuloso en su trabajo y que vive atormentado por pesadillas en las que no es capaz de salvar a quienes aparecen en ellas. Le llaman cuando aparece el cuerpo desnudo de una mujer, sin ojos, sin pelo, llena de cortes y con un pájaro muerto. Parece un caso enrevesado en el que los cadáveres se le amontonan acercándosele poco a poco, la única pista, una niña...
   La huella del pájaro es un thriller con visos de novela negra que destaca por su ritmo. Desde las primeras páginas nos vemos sumergidos en una acción constante que el autor tiñe de angustia al proporcionarnos una posición privilegiada como observadores. Ya en el prólogo nos damos cuenta de que estamos ante un libro en el que hay que abrocharse el cinturón de seguridad y, una vez comienza la historia, seremos incapaces de dejarla hasta el final. Así es el primer libro de lo que será la saga Nils Trojan.
     El precio de la velocidad lo percibimos pronto, salvo de lo imprescindible, es decir, los escenarios de los crímenes, las descripciones no abundan. Los personajes tampoco llevan más que unos pequeños trazos que nos permiten situarlos diferenciándolos, y eso que tampoco hace mucha falta ya que el autor no duda en recurrir a clichés como el del detective atormentado de mediana edad. Pero no nos importa, porque no reparamos en ello hasta el final. La lectura consigue atrapar toda nuestra atención, y las páginas vuelan en una historia que tiene mucho de teatral.
     El autor nos coloca en las escenas segundos antes de que se cometan los asesinatos, y eso supone una angustia lectora para quien ya sabe lo que va a suceder y no puede hacer nada por evitarlo. Además, pese a esa anticipación, no nos otorga más datos sobre el asesino que los que tiene la policía, así que nos deja pensar libremente y hacer nuestras cábalas para llevarnos a una resolución solvente que se produce unas cuantas páginas antes de finalizar el libro. Hacer esto es siempre una osadía ya que el libro suele verse afectado. Y, efectivamente, será en estas páginas en las que se aminore el ritmo como si se tratara de una zona de frenado de emergencia antes de parar totalmente al cerrarlo. Deje abiertos los frentes personales, la relación que el protagonista parece que quiere mantener con una mujer que va ganando importancia en la trama, alguna confidencia de sus compañeros... pero en lo que se refiere a la parte policíaca todo queda atado, y bien atado.
     La huella del pájaro es una novela francamente entretenida y que nos deja una sensación satisfactoria al finalizar su lectura. Es cierto que no se trata de un novelón que destaque por su calidad, pero si buscamos algo ligero que nos haga pasar unas cuantas horas sin despegar los ojos de sus páginas, posiblemente esta sea la elección adecuada.
     Y vosotros, ¿también buscáis de vez en cuando este tipo de lecturas que nos llevan en vilo entre sus páginas?
     Gracias

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