Esto significa que la humanidad consume los recursos naturales de 1,7 planetas de media, es decir mucho antes de la capacidad de la tierra para recuperar los sistemas.
Sin embargo, países como España superan esa cifra y llegan a los 2,3 planetas, señala el Secretario General de WWF España, Juan Carlos del Olmo, en entrevista con EFE.
Desde que se iniciaron estas valoraciones “estamos consumiendo los recursos cada vez más rápido”, sometiendo a los mismos a “un estrés enorme”, explica. Debido a este excesivo consumo “los ecosistemas y las especies están desapareciendo a una velocidad de vértigo”, así desde 1997, “la humanidad ha reducido entre un 60 y un 70 % las poblaciones de animales vertebrados del planeta”, según Del Olmo.Se está sometiendo a la pesca o a recursos como el agua a una “degradación enorme”, añade. Además, “también se nota la huella en la acumulación de CO2 en la atmósfera, por la cantidad de combustibles fósiles que quemamos por habitante, y la huella es enorme”, explica. “La degradación, el déficit y la deuda ecológica son avanzadísimos y rápidos desde hace muchos años”, según el secretario general de WWF España, quien señala que a pesar de que se están adoptando algunas medidas para paliar estos efectos, las mismas “son tímidas y lentas”.Algunas de esas medidas como las relacionadas con el cambio climático son “claramente identificables y reducirían la huella ecológica si acelerásemos el paso a las energías limpias”, pero es un proceso que “está siendo muy lento y complejo”, sostiene Del Olmo.
La directora de Desarrollo Sostenible de la multinacional Suez, Dulcinea Mejide, señala a Efe que “estamos gastando recursos que no nos pertenecen” porque son los de las futuras generaciones.Asegura que los efectos de este consumo son “visibles actualmente, con sequías en las conocidas como zonas verdes del norte de España o de Europa” donde este año las lluvias han sido escasas y las temperaturas han alcanzado valores más altos de lo normal.
Además, sostiene que es necesario la adaptación de legislación para el fomento de la economía circular, es decir, “la reutilización de todos los recursos, como el agua, porque son finitos”.Los dos expertos coinciden en la necesidad de fomentar la concienciación en los consumidores y un cambio de hábitos en la alimentación, el transporte y tender hacia las energías más limpias para reducir la utilización de los recursos fósiles.
Es necesario fomentar “la cultura de la austeridad para poder encontrar un equilibrio” en la naturaleza, concluye Del Olmo.
Tomado de Kaos en la Red