La humanidad traicionada.

Por Toby Valderrama y Antonio Aponte

La especie humana superó las leyes de la biología, se liberó de la naturaleza, creó la cultura, otra forma de genética y otra herencia, que obedece a otros códigos. Es una especie que piensa, que imagina.

Esta condición única en el planeta y quizá en el universo la hace portadora de una gran responsabilidad: administrar el pensamiento, el espíritu, que es el último escalón de la materia. Esa facultad hace a la especie una fuerza capaz de destruir la vida o de ser garante de ella, de su evolución, con el albedrío de ser una especie forajida antivida, o ser una especie encarnación de los dioses.

La especie es naturaleza y es espíritu, todo formando la unidad humana. El espíritu debe regular las necesidades materiales y espirituales, la naturaleza a su vez debe regular al espíritu.

Con el aparecimiento de la posibilidad de que unos hombres trabajaran y crearan riqueza, que era expropiada, robada por otros hombres, la humanidad tomó un rumbo perverso. En ese rumbo la riqueza material, la mercancía, el oro, el dinero, se fue apoderando del destino de la humanidad hasta volverse una fuerza independiente del humano, algo así como un Dios. A través de los años, milenios, esa fuerza incontrolable por el hombre nos acercó de manera definitiva a las orillas de la extinción. Con el capitalismo, la humanidad perfeccionó de tal manera el rumbo perverso que ahora corre grave peligro de extinción.

El camino de los sistemas perversos ha sido acompañado por su contrario: el pensamiento revolucionario, éste se ha perfeccionado teórica y prácticamente hasta el punto hoy de ser una posibilidad y una esperanza de salvación para la humanidad. Desde Cristo hasta nuestros días la idea de redención, de hacer del humano una unidad armónica con él mismo y con la naturaleza, se ha perfeccionado y se resume en un concepto: El Socialismo.

El Socialismo es, en resumen, la eliminación de la posibilidad de que un segmento de la sociedad se apodere, se robe la riqueza social, el trabajo del resto de la sociedad. Es rescatar el sentido de sociedad como realización del individuo, redimir la armonía de la especie con la naturaleza. Es cuando la humanidad, la sociedad, toma el control de su economía, expropia a los expropiadores de la propiedad social. Es la derrota del capitalismo y de su propiedad nosocial de los medios de producción. Es otra cultura: cambiar el rumbo suicida que hoy llevamos…

Hoy la batalla de la humanidad decide su destino, es entre el camino perverso, suicida, el capitalismo, o tomar el camino de la vida, el Socialismo. No es un capricho, algo que se pueda hacer o no dependiendo de las apetencias de unos gobernantes. No se trata de competir con los capitalistas en su mismo terreno, o de cambiar unos capitalistas por otros, el problema de la humanidad es el capitalismo, no un tipo de capitalismo. No hay capitalismo bueno, que quiera nuestro bienestar, y capitalismo malo. No se trata de hacer lo mismo pero con otro nombre, no es retórica.

Hoy el reto es oír el grito desesperado de una Humanidad, una naturaleza, que claman por su salvación… que esperan no ser traicionadas.