Me puse en el tren, venía solo, con el número de noviembre de Letras libres. Un breve ensayo de Vivian Gornick sobre la humillación, y este párrafo, tan cercano: " El psicoanalista explica que desde el monumento en que nacemos anhelamos reconocimiento. Abrimos los ojos y queremos una respuesta. Queremos estar secos y calientes [...] pero todavía más necesitamos que nos miren con interés y afecto , como si fuésemos algo de valor. De forma rutinaria, solo obtenemos una pequeña porción de lo que necesitamos, y a veces nada en absoluto. La convicción emocional de que no somos dignos se instala. De esta condición ninguno de nosotros se recobra del todo nunca. Nuestras emociones sobre todo van al subsuelo y seguimos luchando, y en general no hacemos a los demás más daño del que se nos hizo a nosotros".
Las emociones y el subsuelo.... la vida.