Pero como vemos esta capilla, que tiene planta rectangular, en verdad es el fruto de la unión de dos capillas. Para alargar dicha capilla, se unió a ella otra perteneciente al Mayorazgo que fundó Ponce de León. En el año 1766, Benito de Hita y Castillo, Mayordomo de la Hermandad Sacramental, firmó la escritura de cesión de la capilla de los Ponce de León, unida a la de los Marqueses, a la referida Hermandad.
El intradós de la bóveda del primer tramo de la capilla es de los pocos restos que quedan de la antigua edificación mudéjar, posiblemente de finales del XIV o principios del XV, muy transformados, actualmente con pinturas de Rafael Blas Rodríguez, de 1941.
Se remodeló la capilla entre 1934-1935 bajo la dirección del arquitecto Manuel Gómez y fue entonces cuando se colocó la actual decoración de yeserías y techo abovedado con casetones del segundo tramo.
El primer tramo de la capilla presenta una bóveda mudéjar, mientras que en el segundo hay una cúpula sobre trompas ochavadas, decorada con pinturas del XVIII de los Evangelistas y una variedad de santos relacionados con temas eucarísticos: Santo Tomas de Aquino, San Marcos, Santa Clara, San Lucas, San Juan de Rivera, San Juan Evangelista, Santa M. Micaela del Stmo. Sacramento y San Mateo. Como pueden ver se van alternando, tras un evangelista siempre va otro personaje.
En el retablo principal de esta capilla se venera la imagen de Nuestro Padre Jesús del Silencio en el Desprecio de Herodes.
Esta imagen pasó de la Capilla de los Esquiveles a este lugar en 1904, cuando la hermandad de la Amargura se fusionó con la Sacramental de San Juan de la Palma. A los lados de este retablo había unas esculturas del XVIII de San Joaquín y Santa Ana que actualmente (creemos que provisionalmente) están situadas en el ático del retablo de la Capilla de Santa Cristina, en la nave de la Epístola.
El retablo de Nuestro Padre Jesús del Silencio en el Desprecio de Herodes fue donado en 1935 por Ignacio de Cepeda, vizconde de la Palma y se le encargó el dorado del mismo a Francisco Ruiz Rodriguez.
El Señor del Silencio fue esculpido por varios artistas: un destacado miembro del taller de Roldán o algún avezado seguidor hizo la cabeza en 1698, Sebastián Santos realizó las manos en 1935 y Juan Luis Vasallo el cuerpo en 1951.
A los pies del Señor se encuentra el Sagrario de plata.
Así se ve el retablo cuando el Señor del Silencio se trasladaa los pies del altar en la cuaresma. La cruz que lo preside seencuentra normalmente en la Capilla de la Virgen de la Cabeza.
Frescos de la cúpula de la capilla Sacramental:Santo Tomas de Aquino, San Marcos, Santa Clara, San Lucas, San Juan de Rivera,San Juan Evangelista, Sta M. Micaela del Stmo. Sacramento, San Mateo.
La talla de la Inmaculada recibe también culto en la Capilla Sacramental en un sencillo retablo de estilo neobarroco compuesto por una hornacina con altar, banco y ático.
La hornacina es rectangular y presenta decoración similar a casetones, cada uno con un motivo ornamental en forma de flor tetrapétala. El marco se cubre con rocalla, destacando en los extremos columnas de base cilíndrica y fuste estriado a excepción del tercio inferior, ornamentado con relieves los cuales enmarcan un medallón.
El retablo luce en los laterales motivos de hojarasca con una gran voluta en la base y otra de menor tamaño en la zona superior.
El ático consiste en un medallón ovalado con rocalla en el que se muestra un relieve de San Miguel Arcángel custodiado por dos querubines de bulto redondo, hallándose en los extremos dos diminutos jarrones que coronan el entablamento que soportan los capiteles de orden corintio que rematan los pilares.
En este retablo se veneraban anteriormente las imágenes de vestir de Nuestra Señora de la Amargura y San Juan Evangelista, las cuales presiden a día de hoy el retablo mayor.
La talla de la Virgen, en su origen, era una figura anónima de medio relieve que estaba situada en la parte alta del Retablo Mayor que había en la iglesia.
En 1960, al desmontarse ese retablo para colocar el nuevo que ahora alberga la Virgen de la Amargura, la talla fue reformada por Francisco Buiza quien la convirtió en una imagen de bulto redondo al eliminar el fondo liso del relieve y tallar la parte posterior para completarla, policromándola de nuevo y añadiendo asimismo una peana compuesta por las cabezas aladas de cinco serafines. Por detrás, en el manto tiene grabado el escudo de la Hermandad de la Amargura.
La Virgen figura de pie con ambos brazos flexionados y desplazados a un lado, estando las manos juntas en actitud orante. La cabeza se halla levemente erguida y la vista dirigida al frente, con el cabello cayendo a ambos lados. El rostro, de rasgos juveniles, es ovalado y muestra boca cerrada, labios finos y ojos entreabiertos, todo ello marcado a su vez por un acentuado hoyuelo en el mentón. Viste túnica larga hasta los pies ceñida por un cíngulo apenas visible por el manto que cubre sus hombros y aparece recogido sobre su brazo izquierdo, produciendo en el lado derecho una cascada de pliegues que dota de gran profundidad al conjunto.
La base de la estatua está conformada por un pequeño escabel compuesto por las cabezas aladas de cinco serafines, sobre los cuales, a ambos lados de la Virgen, se alzan los extremos puntiagudos de una luna creciente, elemento característico de la iconografía de las Inmaculadas al igual que la corona de doce estrellas que porta la imagen en alusión a las doce tribus de Israel.
Como detalle curioso, ha presidido en varias ocasiones el Altar del Corpus que la hermandad instalaba en la calle Francos.
Apoteosis de la Eucaristía. Finales del siglo XVII. Copia del lienzo de Herrera el Mozo de la Catedral de Sevilla.
La Virgen de los Reyes.
El pueblo de Israel recibiendo el maná.Lucas Valdés. Siglo XVII.
La última cena. Anónimo. Finales del siglo XVII. Deudora de la pintura del mismo tema de Murillo en la iglesia de Santa María la Blanca.
San Jerónimo penitente. Finales del siglo XVII.Sigue leyendo >>>