La iglesia de San Román, en su concepción inicial, fue un edificio de inspiración gótico-mudéjar, no hay más que recordar que construcción fue en el año 1356, pleno siglo XIV, poco más de cien años desde que Sevilla dejara de ser mozárabe y en el tránsito del románico al gótico.
De los restos de la parroquia que conoció el Rey San fernando prácticamente no quedó nada tras el terremoto de Lisboa. Por eso en esta época del Rey Pedro I el Cruel (o el Justiciero, según el criterio de Gad uno) se edificaron multitud de iglesias en Sevilla con este estilo tan marcado propio de la ciudad que mezcla lo árabe con las líneas cristianas que no llegan del norte.
De la primitiva parroquia de 1356 sólo nos queda la portada de piedra desnuda que, en so origen, tenía su pátina de pintura tal com podemos ver aún en la parte superior de la primera arquivolta del arco ojivas propio del gótico.
Son cuatro las arquivoltas que forman el conjunto del arco apuntado, todos muy simples excepto la última que, en su parte exterior tiene un estilizado lienzo en forma de conjunto de diamantes de piedra, la misma decoración que se nos muestra en la linea de imposta.
Justo sobre el punto más alto del arco nos encontramos una pequeña imagen, se trata de San Román, el titular de la iglesia. La pequeña estatua tiene su mirada frontal, su mano izquierda sostiene un libro y su mano derecha indica el cielo, el lugar de destino que tienen que perseguir todos los creyentes.
Sobre el conjunto del arco ojival tenemos un tejaroz sobre panecillos típicos del románico. Entre el dintel y el arco nos encontramos unas enjutas vacías de decoración que enmarcan la portada de entrada al templo y no le quitan protagonismo a ésta.
Sobre la portada existe un gran óculo que permite la iluminación natural interior. Existen otros dos laterales de menor tamaño. Esto nos indica que es un edificio compuesto por tres naves, siendo la central más ancha y más alta que las dos laterales.
Adentrándonos en el interior confirmamos esta distribución y, como no tiene crucero, podemos definir su planta como de tipo basilical.
A ambos lados de la portada podemos ver sendas ventanas de inspiración mudéjar, estrechas, como corresponden a las construcciones del románico y primer gótico y con una característica muy llamativa desde el punto de vista artístico: tiene tres arcos, cada uno de una forma.
El que ocupa el interior de todos es un simple arquito de medio punto. Sobre él hay un arco ojival y, sobresaliendo a éste, un arco polilobulado enmarcado por un alfiz que nace de las impostas y lo rodea completamente. El conjunto de la ventana está construido en ladrillo visto.
A los pies de la nave del evangelio se encuentra la torre de la iglesia de San Román, restaurada varias veces y cuyo cuerpo superior es de estilo barroco.
Está decorada con unas columnas de tipo salomónico y con unos colores muy típicos de nuestra ciudad, el albero y el almagre o tierra roja. La torre está rematada con una cúpula hexagonal bañada de azulejos azules y está rematada por una cruz de hierro y una veleta, doce pináculos de cerámica blanca y azul rodean el tambor de la cúpula dispuestos de tres en tres en cada uno de los cuatro vértices del cuerpo superior de la torre.
Finalmante, en la fachada de San Román nos encontramos dos retablos cerámicos: uno de San Román y otro de Santa Catalina. De ambos hablaremos en los post siguientes.
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