Sobre el medio del muro de la epístola se encuentra el retablo de la Familia Vicenciana, presidido por un magnífica talla de la Virgen Milagrosa que salió de las manos y gubias de Castillo Lastrucci en 1940.
Junto a ella se encuentran unas tallas menores y anónimas de San Vicente de Paul y Santa Luisa de Marillac, ambas del siglo XX.
En Sevilla existe una gran devoción de la Familia Vicenciana, fundada por San Vicente de Paul, compuesta por la compañía de las Hijas de la Caridad, la Congregación de la Misión Padres Paúles, y la Asociación de la Medalla Milagrosa, entre otras.
Este retablo estaba dedicado anteriormente a la Virgen del Carmen quien se encontraba acompañado por San judas Tadeo y una talla del Niño Jesús. Tras la apertura de Santa Catalina, estas imágenes se trasladaron a ese templo.
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