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La Iglesia de Santa Catalina (11): la Capilla de Nuestra Señora del Rosario.

Por Sevilladaily
La Iglesia de Santa Catalina (11): la Capilla de Nuestra Señora del Rosario.La Capilla de Nuestra Señora del Rosario, situada en la nave del Evangelio de la Iglesia de Santa Catalina, es uno de los espacios más significativos del templo, tanto por su valor artístico como por la devoción que suscita. 
La Iglesia de Santa Catalina (11): la Capilla de Nuestra Señora del Rosario.
Fue la primitiva capilla sacramental, pero a causa de un pleito, provoca la permuta entre la sacramental y la corporación del Rosario. Ya en el XVIII, se le agrega el camarín para una Virgen que está acompañada por San Félix Cantalicio y de San Benito. Otra de las joyas de esta hermandad es el Simpecado, que está en un lateral de la capilla. Posee azulejos del XVII recuperados en la última reforma.

La Iglesia de Santa Catalina (11): la Capilla de Nuestra Señora del Rosario.
La capilla fue construida en el siglo XVII y reformada en el XVIII. En 1746, tras un acuerdo con la Hermandad Sacramental, se convirtió en el hogar definitivo de la imagen de Nuestra Señora del Rosario. Desde entonces, ha sido un lugar destacado para el culto mariano en Santa Catalina.
La Iglesia de Santa Catalina (11): la Capilla de Nuestra Señora del Rosario.
La Hermandad del Rosario se fundó en 1710, tras independizarse de la Hermandad Sacramental. Esta corporación tuvo un papel clave en fomentar la devoción a la Virgen del Rosario, considerada patrona de la feligresía. En 2002, se fusionó con la Hermandad del Carmen, formando una única entidad que sigue promoviendo los cultos y procesiones dedicados a ambas advocaciones marianas.
La Iglesia de Santa Catalina (11): la Capilla de Nuestra Señora del Rosario.
La Virgen del Rosario es una talla de candelero realizada en el siglo XVIII. La Virgen del Rosario es una Imagen atribuída a la gubia del genial maestro, Francisco Antonio Ruiz Gujón, fue desmochada para vestirla, en 1994 fue reconstruida por el taller Ixbilia, participando el actual taller de ' Daroal', que le puso un hermoso y brillante estofado. Su estilo se inscribe dentro del barroco sevillano tardío, caracterizado por su delicadeza y expresividad. La Virgen está representada con una expresión serena y maternal. Porta al Niño Jesús en su brazo izquierdo, mientras que en su mano derecha sostiene un rosario. La imagen está ricamente vestida con mantos bordados y joyas donadas por los fieles a lo largo de los siglos. Es objeto de gran veneración, especialmente durante el mes de octubre, cuando se celebra el Rosario público y otros actos litúrgicos en su honor.
La Iglesia de Santa Catalina (11): la Capilla de Nuestra Señora del Rosario.
El retablo que preside la capilla es una obra barroca del siglo XVIII, manierista. Está decorado con columnas salomónicas doradas y un ático rematado con motivos ornamentales típicos del barroco sevillano. La base de las paredes está revestida con azulejos sevillanos del siglo XVIII y el techo está decorado con yeserías barrocas que muestran motivos florales y geométricos.
La Iglesia de Santa Catalina (11): la Capilla de Nuestra Señora del Rosario.
Además de la Virgen del Rosario, la capilla alberga otras imágenes que enriquecen su programa iconográfico: A los pies de la imagen siempre van dos figurillas que corresponden a San Bernardo de Claraval (que se distinguió por su carácter mariano) y San Juan Nepomuceno, Patrón de los Confesores, ya que fué arrojado con una rueda de molino al cuello por no revelar un secreto de confesión de Juana de Baviera, esposa del emperador alemán Wenceslao VI. Estas imágenes han sido recientemente restauradas por José Pulgar y parecen haber sido realizadas en la segunda mitad del XVII.
La Iglesia de Santa Catalina (11): la Capilla de Nuestra Señora del Rosario.
San Juan Nepomuceno.
La Iglesia de Santa Catalina (11): la Capilla de Nuestra Señora del Rosario.
San Bernardo de Claraval, uno de los fundadores de la Orden del Císter.
Estas esculturas complementan el carácter devocional de la capilla y refuerzan su mensaje espiritual centrado en la oración y la intercesión divina. Ademas de San Bernardo y san Juan Nepomuceno, también podemos ver en la capilla las tallas de San Francisco de Padua y santo Domingo de Guzmán que vimos en el post dedicado al presbiterio.
La Iglesia de Santa Catalina (11): la Capilla de Nuestra Señora del Rosario.
La joya cumbre de esta corporación la constituye su fenomenal "Simpecado de gala", que junto con el de la Virgen de las Aguas de la ex-colegiata del Salvador, son las dos piezas mejores en su género de toda la ciudad. Al parecer, se estrenó en 1768. Va bordado en oro sobre terciopelo rojo, con jugosos motivos rocallas enmarcando un buen óvalo pictórico.
Cuenta una piadosa leyenda que la imagen sostenía el Niño en su brazo izquierdo. Un día, un monaguillo fue a cambiar una lámpara de aceite que ardía contínuamente delante de la imagen. Al llegar a la capilla oyó una voz que decía "llama al clero parroquial y di que he dicho esta parte del techo amenaza de ruina" . El acólito, asustado, contestó "Señora, no me creerán ni aunque así se lo diga", a lo que la Virgen contestó "Di que me hallarán con el Niño cambiado de brazo". Cuando los sacerdotes llegaron vieron al Niño cambiado de brazo, examinaron el techo y vieron que el aviso de la Señora era cierto. Desde entonces la Virgen lleva al Niño en esta posición, en recuerdo de aquel prodigio, ya que la Patrona de la Collación de Santa Catalina quiso de ese modo salvar a sus hijos.Sigue leyendo >>>

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