Con apenas medio millar de habitantes, el nombre de esta localidad turolense anuncia un pasado estrechamente ligado al del Cid Campeador. Las calles de La Iglesuela del Cid conforman un complejo entramado que recorre un pasado repleto de historia que alcanzó su máximo esplendor, quizás, en la época romana, de la que se conservan restos arqueológicos a las afueras.
Rodrigo Díaz de Vivar se refugió en esta localidad camino de Valencia y la fortificó. En el siglo XII, la villa se encomienda a los templarios para formar parte de la que fue la Baylía de Cantavieja.
El estilo medieval impregna la orografía de La Iglesuela del Cid./Marlis 1
El periodo de bonanza de La Iglesuela se extendió también a buena parte de la Edad Media y la Edad Moderna, de la que dan fe las construcciones nobiliarias y palaciegas que existen por todo el municipio. Estas se erigen sobre un antiguo casco urbano de sabor templario, declarado Conjunto Histórico-Artístico.
Ya en el siglo XIX, estas tierras, emplazadas en la comarca del Maestrazgo, se convierten en uno de los principales escenarios de las guerras carlistas, en las que cobró fama el general conocido como el Tigre del Maestrazgo, quien lideró el ejército de Aragón.
Arco de entrada al casco antiguo./The CAT Autobot
La Plaza Mayor es el epicentro de la vida en La Iglesuela, y aquí se encuentra el Ayuntamiento (siglos XIII-XV), y la Casa Matutano Daudén (siglo XVIII), hoy hospedería, de estilo barroco. Con una categoría de cuatro estrellas, tiene bellos tapices y frescos que poder contemplar.
En esta misma plaza se alza también la antigua Torre de los Nublos, adosada al edificio del Ayuntamiento y de origen medieval. Cerca, la iglesia de la Purificación y la Casa Blinque añaden vistosidad al recorrido, y ya en las calles aledañas el viajero puede emprender un breve itinerario por edificaciones nobiliarias como la Casa Guijarro o la de Santa Pau.
Claustro de una iglesia del municipio turolense./XimoPons
También hay construcciones más modestas, como la ermita de Cid, o las de San Pedro, la de Loreto, la del Calvario y la de los Paules. No olvidar acercarse hasta el Santuario de la Virgen del Cid, que cuenta con ermita, hospedería y pórtico.
Por toda esta localidad de la comarca del Maestrazgo la piedra, el hierro forjado y los arcos de sillería adquieren un especial protagonismo, al estar presentes en puentes, fachadas, lonjas o escudos, todo de un claro acento medieval.
Iglesia y hospedería de La Iglesuela del Cid./Manel Zaera
Para que veáis el encanto que tiene La Iglesuela del Cid, os dejo con un pequeño vídeo que anticipa sus encantos. ¿No os apetece visitarla?:
fuente: cimacien
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