La derecha va ganando la partida porque ha decidido arriesgarse y saber. No es ya sólo que tipos como Popper y Hayek actuaran como puntas de flecha en el pensamiento conservador, es también que los de a pie han decidido no sólo estudiar y leer más y mejor sino que han perdido la pereza.
Es demasiado fácil ser de izquierdas y negarse a leer no ya todas las noticias que publica la prensa, que eso constituye las anécdotas, algo así como lo que hace la prensa del corazón con Belén Esteban y su torpe troupe, pero nadie quiere complicarse la vida, leyendo algo que realmente nos induzca a pensar en el porqué de las cosas. De vez en cuando un diario se atreve a comentar a una punta de lanza del pensamiento revolucionario, como Toni Negri, y no ocurre absolutamente nada.Toda esa gente que grita continuamente pidiendo la aparición de una izquierda señera, que por lo menos intente abrir nuevos caminos por los que la izquierda pueda circular, yo creo que ni siquiera ha leído la entrevista que Público le hizo a este pensador revolucionario que no sólo es absolutamente novedoso a fuer de original sino también tan sincero y consecuente que ha pasado muchos años en las cárceles italianas por defender su pensamiento revolucionario con una conducta absolutamente consecuente.Es por eso que he titulado “ignorancia”: ¿cómo vamos a innovar por la izquierda si ni siquiera leemos a los mejores de entre nosotros, a gente que se ha pasado toda su puñetera vida estudiando no sólo a los clásicos del marxismo revolucionario sino a todo bicho viviente que en el pensamiento político universal se menea?Es demasiado fácil ir por la vida presumiendo de izquierdista pero limitarse a serlo de blog o de salón, intentando poner a parir a la derecha ultraliberal, comulgando únicamente con las mismas fuentes en la que ésta bebe.
Si nos limitamos a combatir a los teóricos de la ultraderecha que proclaman que el Estado no sólo ha muerto sino que hay que enterrarlo de tal manera que no pueda volver a resucitar, le estamos haciendo el juego a esos retrógrados individuos que nos incitan a jugar únicamente en su terreno. Ellos nos llevan lustros de ventaja estudiando en su congresos, en sus seminarios, en sus masters, todas las consecuencias que se derivan de esos principios consagrados por sus maestros, que nosotros no hemos hecho sino admitir sin ninguna clase de discusión.Por eso hablaba yo también de pereza. Necesitamos gente que no se conforme con aceptar el reto de hablar y escribir sólo de lo que ellos quieren, de jugar en su campo, precisamos gente que estudie tanto o más que ellos la existencia de nuevas posibilidades de organizar el mundo en base a esos principios que ellos tratan de convertir en inmutables. Pero, para ello, necesitamos gente que quiera estudiar y aprender de los últimos maestros de la izquierda, que lo aseguro, son mucho mejores que los de la derecha, pero que ni siquiera son leídos por nuestros aprendices de líderes.
Un día, Fernando Mora, me dijo que trajera a aquí, algunos trozos de mi ensayo “Progreso y reacción”, lo que yo no hice pensando que algo tan abstracto como un texto de esta naturaleza no lo leería nadie.Pero sí que he aprovechado la presencia en España de Toni Negri para aportar a este blog un pasaje de mi novela “Arcángeles” en el que este pensador moderno, generoso y entregado a la causa, participa en un intento de revolución realizado por las BRA, Brigadas Rojas Anticapitalistas, dándoles lecciones de pensamiento revolucionario a los que aspiran a integrarse en ellas. En la 1ª de dichas clases, Lony Legry, mi personaje, expone a sus alumnos, los fundamentos de su ideario que se basa en la lectura de Foucault y Derrida, dos de los mejores filósofos marxistas de nuestro tiempo.
Según Starcounter, uno de mis contadores de visitas, mi blog recibió 41 de los visitantes habituales, 60 de los que acudían por 1ª vez, o sea, 101 visitas únicas de las 150 descargas totales de página, pero lo que todavía es más asombroso, ni uno sólo de estos visitantes hizo un comentario al texto.
O sea que a nadie le interesó realmente la cuestión allí planteada, la necesidad de preparar a los jóvenes interesados en una actividad revolucionaria a fin de hacer más sólida su formación en este sentido.Totalmente desalentador.