Hoy os traigo un proyecto muy interesante. Sí, vale, si no fuese interesante seguramente no lo contaría. Pero de verdad que lo es. Es interesante, diferente, misterioso. La imagen durmiente es un proyecto colectivo analógico ideado por Julián Ochoa con el ánimo de reflexionar fotográficamente sobre la fragilidad de la memoria.
En otras ocasiones hemos hablado sobre fotografías que aparecen de repente, olvidadas en trasteros y redescubiertas por alguien en una tienda o mercadillo. Negativos que podrían haber visto la luz mucho antes pero que no lo hicieron por diferentes circunstancias.
La Imagen Durmiente me ha recordado un poco a esas historias, porque se realizarán fotografías, pero no verán la luz hasta dentro de diez años. Aunque en este caso, será a propósito.
Julián, como impulsor de la idea, invita a todo el mundo a participar y a llenarse de ilusión que desde un primer momento le ha llevado a él mismo a su elaboración y puesta en funcionamiento.
La Imagen Durmiente básicamente es una cápsula del tiempo en forma de película fotográfica. Los participantes fotografiarán lo que quieran, pero los negativos no serán revelados hasta ¡enero de 2026!
“La narración fotográfica, tras el disparo, es interrumpida durante una década permitiendo la reflexión pero también el olvido. La imagen se convierte en una promesa. La Imagen Durmiente es también una parada silenciosa ante el acelerado mundo de la fotografía actual donde inexorablemente la siguiente imagen elimina a la anterior. Cuando pase el tiempo, cuando no estemos ya aquí, el proyecto hará crecer un valor documental importante del 2016”.
Si te apetece participar, la temática es totalmente libre. Solo tienes que rellenar un formulario de inscripción, conseguir un carrete en blanco y negro (cualquier tipo de película, sensibilidad y formato), y enviarlo.
Solo se admitirá un carrete por participante y las fotografías tendrán que ser realizadas obligatoriamente durante el año 2016. No es necesario una cámara de gran calidad para participar en el proyecto.
Aconseja también que se envíe información de donde se han sacado las fotografías o si han sido forzadas, sobreexpuestas o si en el disparo se ha utilizado algún proceso especial que requiera un revelado individualizado. Así que, ¡no te olvides de llevar una libreta en mano! (bueno, el móvil también vale, pero mejor todo analógico, ¿no?)
En 2026 se realizarán dos muestras colectivas con diferente criterios: una fotografía de cada autor participante, teniendo en consideración las mas representativas de la hoja de contactos; y otra con una selección respondiendo a criterios artísticos o creativos.
El lugar y fecha de la exposición podrá ser itinerante, y lógicamente aún por decidir.
Una vez terminadas las exposiciones y actividades diversas posibles del proyecto (blog, libro, artículos, vídeos) todo el material será donado a un museo que reúna las condiciones necesarias para su conservación, divulgación, consulta y mantenimiento. Los negativos entrarían en dicha donación. Para Julián el proyecto debe de quedar íntegro para la correcta visualización y entendimiento del mismo. El autor recibiría los negativos escaneados a buena resolución. Y las imágenes siempre contarán con el copyright perteneciente a sus autores.
Y, por supuesto, la participación ayudará al éxito del proyecto.
¿Te apuntas? ¡Yo sí!
Fuente: Sales de Plata
Imagen portada: Vivian Maier