Revista Cultura y Ocio

La Imagen Primitiva

Publicado el 27 julio 2019 por Moebius
La Imagen Primitiva
Como prolegómenos de esta publicación, aquellos fieles seguidores del blog se habrán dado cuenta que soy un integrante nuevo del staff de Cabezón, y que vengo hace un tiempo realizando varios posteos con mucho cariño y dedicación. La idea principal de mis textos es además de poder compartir y facilitar música de calidad para ustedes (que como siempre digo es la base fundamental antes que cualquier palabra que yo pueda enunciar), lo es también dilucidar algún juego de pensamiento que surge en mis andanzas cotidianas, y que sirva la misma como un puntapie de reflexión a los amigos seguidores.  Estoy al tanto de que CabezadeMoog posee una página de Facebook, y si bien una red social puede problematizarse desde muchísimos ángulos (políticos, culturales, históricos, etc), diremos en principio y de forma muy inocente, que es una Herramienta de Comunicación (cuando poseemos una acepción sana de lo que es en sí una red social y lo aplicamos en nuestra vida cotidiana, de lo contrario esta se vuelve una res social que nos coerce y duerme de forma fatal). A lo que voy con todo esto es a lo siguiente: no me interesa en lo más mínimo los cien, los tres mil, el millón de me gustas que pueda llegar a tener una publicación mía porque en realidad no me dicen nada. Si en cambio me importa muchísimo todo comentario que se me quiera brindar sea para agradecerme sea para contradecirme sea para poder enriquecer la cuestión tratada. Por eso, quiero plantear que puedan llegar a considerar mis publicaciones subidas a Facebook como antesalas para el Blog en sí, y que en la medida en que quieran escribirme algo, lo hagan directamente en el posteo para que pueda leerlos (caso contrario no podré hacerlo). Dicho esto, podemos sacar a colación nuestro tema de hoy: el hecho artístico y como dentro de él se articula la publicidad, en el transcurso de los tiempos modernos. 
Nuestro eje será El Monitor Argentino, programa de televisión nacido en 1986 de los cráneos de Martín Caparrós y Jorge Dorio. Programa que entremezcló la filosofía, la música (hay flotando en Youtube algunas entrevistas a Charly en los 90' y otra a Spinetta en la época de Tester de Violencia), la tecnología y demás formas de comportamiento que revestían la vida cotidiana de una Argentina en pleno auge democrático y con nuevos horizontes de problemas. Dicho programa de una forma muy original combinó distintos conceptos en pos de una cuestión clave: cómo hacer repensar la forma de vida de un tipo medio de ciudadano argentino que se pasaba cuatro horas frente a la pantalla. La forma en que lo plantean es clara, el solo hecho de ya estar flotando en el cosmos televisivo desarticula la realidad establecida por tanta perogrullada y estupidez humana vomitada en la misma. Son las luchas que retomarán los Capusotto y Saboridos del mañana con los Cha cha cha, los Todo por dos pesos y los Peter C. y sus videos. Entiéndase que no solo hay una parodia o la búsqueda de un chiste barato en estos programas, hay todo un proceso de elaboración que nos lleva a pensar que el universo totalmente absurdo que nos muestran no muere en sus programas/sketchs, sino que son verdaderos, son parte de la realidad de una familia media que mientras está participando de la eucaristía familiar comiendo un guiso de madre, a su vez está grabando en su cerebro la publicidad de un shampoo o comida para animales, de algún robo, de algún asesinato, de algún odio irracional, intencionado y dirigido por un Sistemático Ordenador y Modificador del Pensamiento y la Realidad. Esto conlleva a que la gran mayoría de la población resuma toda la complejidad de problemas que concierne a un Estado, eyaculándola en un pequeño momento de odio, de alegría o de angustia (los dos minutos de odio del Gran Hermano) que muere tras apagar la pantalla, pero que sigue resonando en los pensamientos como una baba virtual, sin animarse a ahondar (sin poder hacerlo) en un más allá. Ese más allá es el otro. No solamente el otro en tanto hermano o padre o madre, sino el otro más allá del otro, es decir la sociedad: la comuna de miembros que en lo más íntimo comparten nuestras mismas preocupaciones. Y en tanto pensemos al otro con una pantalla atravesada de por medio, solo seremos un Monitor más, observándolo minuciosamente sin atreverse a tocarlo, a sentir sus conflictos, alegrías y realidades. Entonces, la publicidad, ¿sirve solamente para vender un simple producto o será que hay algo más oculto dentro de ella?
A continuación, la introducción transcrita del programa:
 El Siglo XX además de ser problemático y febril, es sobre todo un siglo de objetos, un siglo donde cantidad de objetos empiezan a aparecer mágicamente como mágicamente aparece de tanto en tanto el ojo de vidrio del Monitor Argentino en su televisor.


 El Monitor Argentino es un programa que no tiene objeto, y se parece en estas cosas al deseo también, y se parece a la necesidad de ir viendo como se va dibujando algún sector de la sociedad argentina u occidente.-¿Cómo se dibuja aquello que se vende?-Cómo se dibuja: mágicamente.Es probable que aquello sea mágico, como lo es la publicidad que es una de las artes mágicas mas importantes del siglo. Una de esas artes que van haciendo aparecer objetos (a veces necesarios a veces innecesarios) poco poco en su vida, hasta que su vida tenga todo el objeto que a veces, no tiene. Y en ese caso entonces, hace falta una bajada; la bajada implica que la aparición del informe de publicidad del Monitor Argentino no haga desaparecer el resto de las secciones a las que ya por lo menos nosotros, estamos acostumbrados, y eso no es poco. Mágicamente entonces: un programa de aparecidos.


He subido el programa en formato MP4 a la biblioteca con el fin de que lo puedan bajar y que no se pierda. Ya me ha pasado que cosas valiosas colgadas en internet han desaparecido y no las he podido ver más, cosa que demuestra su fragilidad también y no su aparente eternidad.

PARTE PRIMERA: Cuestión de elecciones



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