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La imagen y la palabra iv. el delito matteotti

Publicado el 23 febrero 2015 por Ganarseunacre @ganarseunacre

EL DELITO MATTEOTTI - Il delitto Matteotti, 1973

LA IMAGEN Y LA PALABRA IV. EL DELITO MATTEOTTI
Dedicado especialmente a mi amigo “Angelone”, Angel Comonte, en recuerdo de los tiempos de las luchas dialécticas en “El Solera”
FICHA TÉCNICA:Título original:    Il delitto MatteottiAño:    1973Duración:    120 min.País:      ItaliaDirector:   Florestano VanciniGuión:   Lucio Battistrada, Florestano VanciniMúsica:    Egisto MacchiFotografía:    Dario Di PalmaReparto:    Franco Nero, Mario Adorf, Ricardo Cucciola, Damiano Damiani, Vittorio De Sica, Giulio   Girola, Manuela Kustermann, Renzo Montagnani, Ezio MaranoProductora:    Claudia Cinematografica
Toda la filmografía de Florestano Vancini (1926-2008) podría situarse bajo el signo de un alto compromiso político. Tras una larga etapa dedicado al cine documental, logró un éxito importante con su primer largometraje de ficción, La larga noche del 43 (1960). Este gran film hacía presagiar un director excepcional de la generación italiana de la inmediata posguerra. Posteriormente, sin embargo, sus oscilaciones de estilo y, sobre todo, de calidad, pusieron al pairo las esperanzas iniciales. Aunque La banda Casaroli (1967) mantenía el vigor del análisis histórico. La calda vita (1964) no pasó de ser una evasión sentimental injustificable. En Las estaciones de nuestro amor (1966) vuelve a resurgir el intimismo psicológico de inspiración, pero en Los largos días de la venganza (1967), donde significativamente utilizó el seudónimo americanizado de Stan Vance, y luego con Violencia al sol (1969) no pasó de la pura rutina del “spaguetti western” o de la barata concepción al erotismo, so capa de pseudoanálisis sociológico. La línea de autenticidad reaparece en Bronte (1971), crónica de un asesinato, que no figura en los libros de historia y Violencia (1972), estudio sobre la Mafia, al que denomina “quinto poder”.

LA IMAGEN Y LA PALABRA IV. EL DELITO MATTEOTTI

Giaccomo Matteotti

LA IMAGEN Y LA PALABRA IV. EL DELITO MATTEOTTI

Los restos del parlamentario socialista han sido encontrados a 25 kilómetros de Roma

De este rápido panorama se deduce que la vena más rica de Vancini yace en su careo con la historia, especialmente cuando consigue recrearla desde una perspectiva y una problemática actuales.
Aquí se sitúa El delito Matteotti (1973) que es evidentemente un film histórico. Su tema inmediato, la reconstrucción del asesinato perpetrado en 1924 por los “camisas negras” en la persona del joven diputado socialista Giacomo Matteotti, que se atrevió en pleno parlamento a denunciar los manejos del fascismo. Los momentos fuertes de una narración totalmente clásica son el debate en la Cámara Alta, la conjuración, el crimen, su descubrimiento y sus consecuencias, al transformarse en delito de Estado[1], por boca del propio Mussolini.

La película fluye, a través de la implacable fotografía de Darío de Palma, con extraordinaria soltura. Se evidencia no sólo el director experto, que sabe de su oficio, sino que además, cuenta para realizarlo, con unos colaboradores excepcionales. Se advierte que todo el grupo conoce perfectamente los entresijos de un rodaje y proceden con la pericia de buenos artesanos. Por otra parte, la tarea, del guión, referente a la reconstrucción de una época, ha sido de extraordinaria minuciosidad. El rompecabezas, que siempre supone un rescate del tiempo pasado, se recompone pacientemente a base de un estudio casi preciosista de personas y ambientes, de cara siempre a mantener en vilo el suspense dramático.
LA IMAGEN Y LA PALABRA IV. EL DELITO MATTEOTTI

Esto se ha logrado de forma especial por lo acertada elección de intérpretes. Franco Nero consigue sin necesidad de histrionismos innecesarios ni muecas, una recreación espléndida de Giacomo Matteotti en el cénit de su carrera política. Mario Adorf, igual de contenido, encarna con empaque y objetividad, al margen de las usuales malformaciones del personaje, a un Benito Mussolini, emprendedor y astuto en sus manipulaciones, sagaz y clarividente en la valoración del momento político contemporáneo. Vittorio de Sica, como juez del proceso tiene una aparición corta pero inolvidable. Las mismas alabanzas se pueden prodigar a los restantes actores, que encarnan a figuras históricamente tan comprometidas como Alcide Gasperi, Antonio Gramsci o D. Luigi Starzo. En todos estos casos había que atender, no sólo a la idiosincrasia de la persona, sino a la inevitable aureola política que surge con toda reconstrucción histórica dese el futuro.

En realidad era de suma importancia, porque el film tiene un protagonismo coral. El objeto de Vancini no era tanto la nerviosa narración de los hechos, que hubiera transformado a “El delito Matteotti” en una mera película de cine negro con sólo relativa incidencia política. El crimen, es en realidad secundario, el primer plano pretende ser una reflexión histórica o mejor la muestra visual de que el poder político sólo pierde los estribos cuando los partidos políticas se enredan en egoísmos particulares, olvidándose de los verdaderos peligros que amenazan al país. Esto fue precisamente la ocasión aprovechada por Mussolini. Por eso, el dictador fascista pudo correr el riesgo de cargar con todas las consecuencias de un delito de estado. La dictadura fascista, no tenía ya frenos, ni tampoco barreras.
LA IMAGEN Y LA PALABRA IV. EL DELITO MATTEOTTI

Precisamente con este planteamiento surgen también los problemas estructurales de un film, a medio camino entre el documental y la recreación. Rebasando la crónica del pasado, no se alcanza a desentrañar satisfactoriamente el misterio de la verdad histórica. Dicho de otra manera: el film de Vancini está dotado de una excelente capacidad técnica, pero le falta la guinda para rematar el film. El delito Matteotti resulta una película clásica, demasiado bella, demasiado blanda para expresar adecuadamente la trascendencia de un acontecimiento brutal, por el que, además de un hombre recto, desaparecía de Italia una línea de libertad e igualdad.
LA IMAGEN Y LA PALABRA IV. EL DELITO MATTEOTTI
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Esto puede explicar cierta insatisfacción, que permanece en el sentimiento después de contemplar el film. Falta “phatos” histórico, sofocado tal vez, por una excesiva y distanciada objetividad. Evidentemente en todo film político ese equilibrio entre fidelidad a la verdad del pasado y compromiso por una línea ideológica es estrictamente difícil. Muchos sucumben a la tentación de otorgar más importancia a la proyección subjetiva, que a respetar el curso de los acontecimientos.

Vancini ha caído un poco en el extremo contrario. El delito Matteotti se acerca más al documental de reconstrucción histórica, donde todos los hechos parecen detentar idéntico valor, que a la representación jerárquica de las líneas de fuerza, donde se incluyen necesariamente un tipo de valoración subjetiva. Sin embargo, el filme tiene una dignidad y un poso que en justicia se lo merece.
LA IMAGEN Y LA PALABRA IV. EL DELITO MATTEOTTI
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[1] El asesinato del diputado socialista Matteotti se ha convertido en Italia en el símbolo de cómo el fascismo utilizó el asesinato para acabar con la oposición. En mayo de 1924, el diputado socialista había denunciado en el Parlamento la violencia ejercida contra la oposición. Presentó pruebas irrefutables y pidió que se convocaran elecciones generales. El discurso concitó la inquina de los diputados fascistas, llegando Farinacá a amenazar a Matteotti.Al mes siguiente, el político, fue secuestrado por cinco hombres que le introdujeron en un automóvil. El vehículo pertenecía a Filipelli, un hombre muy próximo de un amigo personal de Mussolini. La noticia provocó un escándalo y los rumores hablaban de que Matteotti había sido asesinado. En efecto, en agosto apareció el cadáver. Fillipelli fue detenido, así como otros implicados.El hecho terrible provocó que la oposición, indignada, se retirará del Parlamento, en lo que se ha venido a conocer como “la retirada del Aventino”, en memoria de la marcha de la plebe a dicha colina, como protesta contra los patricios en el 490 A. C. Esta retirada fue fatal, ya que el único lugar donde se conservaba la democracia se perdió.En enero del año siguiente, El Duceasumió la responsabilidad política del Caso Matteotti. Estas son sus palabras: Declaro aquí, ante la asamblea, y ante todo el pueblo italiano, que yo, y solamente yo, asumo la responsabilidad política, moral e histórica de lo que ha sucedido. Si el fascismo, es una banda de criminales, entonces yo mismo, soy el caudillo de esta banda de criminales”
La verdad exacta de la autoría del asesinato sigue s sin resolverse, aunque hay varias hipótesis. Pudo deberse a una orden directa del propio Mussolini, en una orden directa del propio Mussolini, en una especie de interpretación de sus deseos con su conocimiento o una acción autónoma de un grupo de “camisas negras”. En todo caso, el propio dictador asumió la responsabilidad política en un discurso tremendo: El triunfo de la fuerza sobre la razón.

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