Llevamos en el blog desde comienzos de año con el Reto Wharton & James y con las interesantes tertulias que organizamos tras las lecturas. Volver a Henry James- aprovechando el centenario de su fallecimiento y además en la buenísima compañía de aquellos y aquellas que se han sumado al reto- ha sido todo un acierto.
Y, si leer su ficción es un placer, no lo es menos la lectura de sus artículos y ensayos sobre su concepción de la literatura. Así que hoy dejo por aquí esta recomendación: El arte de la ficción, publicado por la editorial Alba, con una selección de textos de James sobre el arte de la ficción, la crítica literaria, el futuro de la novela e interesantes análisis de algunas obras de Balzac, Robert L. Stevenson, Shakespeare o Matthew Arnold.
Siendo todo el libro muy interesante y revelador, la parte en la que más me he recreado es la última, aquella en la que se ocupa de la teoría de la literatura al rebatir una conferencia dada por el novelista e historiador Walter Besant. Os dejo algunos fragmentos...
"El arte vive de la discusión, del experimento, de la curiosidad, de la variedad de tentativas, del intercambio de ideas y de la comparación de puntos de vista, y se supone que los momentos en que nadie tiene nada que decir sobre él en particular, ni tiene razones que dar para la práctica o la preferencia, aunque puedan ser momentos de honor, no son momentos de desarrollo, e incluso es posible que sean momentos de cierta torpeza. La aplicación acertada de cualquier arte es un espectáculo delicioso, pero la teoría también es interesante y, aunque hay mucha teoría sin arte, sospecho que nada ha sido nunca un acierto genuino sin haber guardado un núcleo latente de convicción. (...)
La única razón para la existencia de una novela es que trate de representar la vida. (...)
La novela ha sido vulgarizada, como los demás tipos de literatura, como todo lo demás, hoy en día, y ha demostrado ser más accesible que otros tipos a la vulgarización. Pero hay la misma diferencia que siempre ha habido entre una novela buena y una mala: a la mala se la barre, con todos los lienzos pintarrajeados y los mármoles maltrechos, hacia un limbo no visitado, o hacia la infinita escombrera que hay bajo la ventana trasera del mundo, y la buena subsiste y emite su luz y estimula nuestro deseo de perfección. (...)
Huelga decir que nadie escribe una buena novela si no tiene sentido de la realidad; pero es difícil dar una receta que haga realidad ese sentido. La humanidad es inmensa, y la realidad tiene mil formas; lo máximo que puede afirmarse es que unas flores de ficción tiene su olor y otras no,; en cuanto a decir a uno por anticipado cómo debe componer su ramo, esa es otra cuestión. Es igualmente cierto e incierto decir que debe escribirse según la experiencia; a nuestro supuesto aspirante tal declaración podría parecerle una burla. ¿Qué tipo de experiencias se busca, y dónde empieza y dónde acaba? La experiencia nunca es limitada, y nunca es completa; es una inmensa sensibilidad, una especia de enorme tela de araña de los más finos hilos de seda suspendida en la cámara de la conciencia y que atrapa en su red cada partícula que transporta el aire. Es la atmósfera misma del espíritu, y cuando el espíritu es imaginativo capta los más tenues indicios de vida, convierte las mismísimas vibraciones del aire en revelaciones."
¡Gracias por compartir!