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Hace unos días tuve unas palabras con una persona que conocí hace mucho tiempo. No sé que a podido causar que haya decidido cortar por lo sano. Hasta el punto de bloquearte.
El debate fue el enviar mensajes de madrugada. O a partir de una determinada hora (supuestamente la prudencial).
Sinceramente soy de las que pienso que es uno el que debe controlar el móvil y no intentar controlar el móvil de los demás. No puedes exigir a tus amistades, conocidos que ha cierta determinada hora no te envíen nada salvo que sea urgencias. En mi humilde opinión, y sin querer molestar a nadie. Le comenté que si no quieres que te despierten HA CIERTAS HORAS de la noche, lo mejor es que pongas el móvil en el silencio, lo apagues o incluso puedes poner el móvil en “modo avión”. De esa manera si utilizas la alarma del móvil para levantarte por la mañana sonará, y además gastarás menos batería.
La persona en cuestión me comentó que era una falta de educación y de respeto. Y desgraciadamente no opino igual. Sería falta de respeto si delante tuyo estoy utilizando mi móvil, sería una falta de respeto si me suena el teléfono en un teatro o en un cine.
Hoy en día la tendencia del uso del móvil cada vez va a mas. Se configuran los correos electrónicos para que te llegue al móvil, hay redes sociales, twittear,creamos alertas. No podemos estar pendiente de que alguien de fuera interrumpa por un momento tu sueño o cualquier cosa que esté haciendo. No me parece que sea una falta de respeto que alguien te envíe un mensaje mientras duermes. Pues pienso sinceramente que la culpa la tienes tú por tener el móvil encendido.
Entiendo que hay quien utiliza el teléfono móvil como si un teléfono fijo se tratara. Pero ha decir verdad, como el mismo nombre lo dice es un teléfono móvil. Lo llevas contigo, se mueve. El móvil es una herramienta para utilizar cuando tu no estás en casa y seas localizable. O al menos ese sería el uso que deberíamos de darle.
Por eso opino que si altas horas de la madrugada no quieres que alguien te moleste. Creo y aconsejo que uno mismo se preocupe de su móvil. Lo que no puede ser es que una persona tenga que saber sobre tus horarios.
Su argumento lo entendí, pero no lo compartí. Y a su vez otra persona le comentó lo mismo. Si envías un mensaje ya lo verá la persona al día siguiente. Y no debería de haber problema.
Yo estoy preparada para que en un momento dado alguien se sienta molesto. Pero hay personas cuando no están de acuerdo con algo son agresivas, y toman determinaciones un poco drásticas a mi forma de ver.
Muchas veces no dejamos que los demás hablen tranquilamente y nos oponemos agresivamente a cualquier cosa que estos digan. Aprender a escuchar a las otras personas, por más que no estemos de acuerdo con lo que ellos dicen, tiene que ser una de las cuestiones básicas de nuestro desenvolvimiento cotidiano.
Aquel que es buen oyente se destaca sobre lo demás. Es que, además de escuchar y dejar hablar a los otros, demuestra que tiene apertura mental, sabe tolerar las críticas y las voces disidentes. Por eso mismo, cuando le toca dar su opinión, lo hace sin ser agresivo y exponiendo claramente sus ideas. Quien sabe hablar también sabe escuchar. Y viceversa. Todo parte del respeto, el entendimiento y la serenidad mental.
Saber escuchar y dejar hablar a los demás correctamente es un claro síntoma de madurez mental, intelectual y afectiva. Sólo aquel que está preparado para ello sabe aceptar a los demás, incluso sus prejuicios, exageraciones y otras cosas que mucha gente no toleraría.
Por esto mismo es fundamental el hecho de aprender a escuchar en el crecimiento personal. Cuando lo hayamos logrado, será una señal de que vamos por buen camino.