El otro día me enviaron unos buenos amigos esta reflexión y aunque ya la conocía, me ha parecido oportuna añadirla al artículo que tenía previsto para hoy.
Imagino que más de uno la conocéis: "La vida es como un viaje en un tren, con sus estaciones, sus cambios de vías, sus accidentes!!! Al nacer nos subimos al tren y nos encontramos con nuestros padres, y creemos que siempre viajaran a nuestro lado, pero en alguna estación ellos se bajaran dejándonos en el viaje solos. De la misma forma se subirán otras personas, serán significativas: nuestros hermanos, amigos, hijos y hasta el amor de nuestra vida. Muchos bajaran y dejaran un vacío permanente.. Otros pasan tan desapercibidos que ni nos damos cuenta que desocuparon sus asientos!! Este viaje estará lleno de alegrías, tristezas, fantasías, esperas y despedidas. El éxito consiste en tener una buena relación con todos los pasajeros, en dar lo mejor de nosotros. El gran misterio para todos, es que no sabemos en que estación nos bajaremos, por eso, debemos vivir de la mejor manera, amar, perdonar, ofrecer lo mejor de nosotros... Así, cuando llegue el momento de desembarcar y quede nuestro asiento vacío, dejemos bonitos recuerdos a los que continúan viajando en el tren de la vida!!!! Te deseo que el viaje en tu tren sea mejor cada día, cosechando éxitos y dando mucho amor. Ah! Y te doy las gracias por ser uno de los pasajeros de mi tren".
Pues sí, la vida es así, el podio de los triunfadores es ese tren de la vida en el que dejar tu huella, será el éxito para subirte a ese maravilloso podio que deseas. Un tren en el que sobre todo, nos encontramos personas, unas más cercanas y otras con las que ni siquiera podríamos imaginar ninguna relación. Y ese gran misterio que se comenta en la reflexión, no sabiendo en qué estación nos bajaremos, ni porqué esas personas se cruzan o se han cruzado en nuestro camino, es el que nos debe hacer vivir de la mejor manera. Así, cuando llegue el momento de desembarcar y quede nuestro asiento vacío, dejemos bonitos recuerdos a los que continúan viajando en el tren de la vida.
Esto es lo que se llama dejar huella, dejar una marca grabada a fuego a nuestro paso, allá donde nos encontremos y con quien estemos, entregando lo mejor de nosotros mismos. Una vez será escuchando, otra vez será aconsejando, dedicando nuestro tiempo a alguien, ayudando a uno u otro, enseñando a ése que lo necesita, amando o incluso perdonando, y por supuesto no solo a nuestra familia.
Recuerda que la huella que dejes, influirá en tu destino, en el de todas las personas con las que te hayas relacionado y en la cadena que une a cada una de esas personas con todas las demás que se crucen en su camino.
No importa que conozcas mucha gente y consigas la fama, porque la fama dura segundos. Lo importante es la profundidad de la huella que dejas. Una cosa es ser conocido y otra muy distinta es ser reconocido. Sí, eso es, ser reconocido allá donde estés y con quien estés, con la familia, con los amigos, en el trabajo, en la calle, en la tienda de la esquina, con la gente con quien te cruces y con aquellos que aunque estén lejos, puedas enviarles un abrazo en la distancia.
Graba tu huella y que todos sepan quien pasó por allí. Pero no te preocupes si nadie lo sabe porque tu satisfacción personal siempre llenará tu vida.