Revista Coaching

La importancia de incentivar a la siguiente generación a implicarse en el negocio familiar

Por Juan Carlos Valda @grandespymes

Natalia Christensenpor Natalia Christensen.

Con este articulo, quiero responder la pregunta que muchas veces me hacen ¿y qué hacemos con los más chicos? y compartir una buena práctica para ayudar “poco a poco” a incentivar a la siguiente generación a implicarse en el negocio familiar y estimular el espíritu emprendedor de los miembros familiares.

A medida que una Empresa Familiar crece y una familia empresaria evoluciona, las relaciones personales y la diversidad de intereses, ambiciones y expectativas son una de las mayores amenazas para la unidad y la armonía. Una cosa es ser hermanos o primos, y otra muy distinta es ser socios de una empresa familiar.

La mejor forma de prever conflictos, o de resolver los que puedan surgir, es siempre la comunicación. Pero para que pueda darse una comunicación abierta y constructiva hacen falta por lo menos tres ingredientes: un hábito o cultura de comunicación, un entorno que la facilite y unos familiares informados e involucrados, que cuando se reúnan para hablar de la empresa, lo hagan con un conocimiento homogéneo.

A todas las familias empresarias que asesoro les aconsejo que para que todo esto sea posible, hace falta dedicarle tiempo y esfuerzo. Pero antes de esto, hace falta tener la visión y la voluntad de querer organizarse como familia empresaria. Algunas familias con las que he colaborado en la formación, aceptan el consejo de que la mejor excusa para iniciar el mencionado proceso es la realización de un Protocolo Familiar, pero cuidado: disponer de un Protocolo no garantiza que se lleve a cabo el trabajo de organización imprescindible para tener una familia unida, un accionariado responsable y comprometido, y un entorno familiar que apoye incondicionalmente y desde todas las perspectivas (familiar, accionista, consejero, gestor) el proyecto empresarial de la familia.

El lector se preguntará ¿Por qué? Porque la experiencia me ha demostrado que “además de un protocolo como documento” se requiere de tiempo, dedicación y recursos, o lo que es igual, una cierta estructura organizativa, unas reglas y principios consensuados y explícitos, un flujo de información regular, una política de formación, y unos órganos que faciliten la comunicación y un diálogo abierto y constructivo.Con este articulo, quiero responder la pregunta que muchas veces me hacen ¿y qué hacemos con los más chicos? y compartir una buena práctica para ayudar “poco a poco” a incentivar a la siguiente generación a implicarse en el negocio familiar y estimular el espíritu emprendedor de los miembros familiares.

El Comité de Jóvenes.
El Comité de Jóvenes, creado para la generación joven de miembros familiares, es una verdadera obra de bien para el futuro. Lo ideal es que participen jóvenes entre 18 y 25 años, todos miembros de las distintas ramas familiares propietarias, y un coordinador. Sus objetivos son claros: fomentar la unidad entre los jóvenes futuros accionistas, formarse para conocer su empresa, sus productos, los mercados en los que operan, las estrategias o la competencia.

En alguna ocasión, un miembro de un comité joven comento “estamos construyendo el futuro de mi empresa familiar. Todos tenemos muchas inquietudes y, de este modo, mediante las diversas actividades que organizamos, aprendemos a entendernos entre nosotros. Gracias a las conversaciones que tenemos, nos conocemos, sabemos cómo actuamos y lo que pensamos, y ello nos facilitará mucho las cosas cuando, dentro de unos años, nos encontremos en el Consejo de Familia, o en algún puesto de decisión de la Empresa”.

El Comité de Jóvenes es un espacio idóneo para que los jóvenes puedan reflexionar y debatir quiénes son, cómo se quieren organizar y cuáles serían los objetivos que quieren lograr en relación con la Familia Empresaria. También puedan hablar de cómo quieren lograr sus objetivos y formular propuestas de actividades al Consejo de Familia. Los miembros jóvenes así se acercan de manera comprometida a analizar la información sobre la empresa que el Consejo de Familia les facilita, comentan los resultados, los cambios, las estrategias, con el fin de hacer llegar sus conclusiones, dudas o propuestas a nivel de organización familiar.

El Comité de Jóvenes fomenta conversaciones muy sanas entre los miembros de las generaciones futuras, dando lugar al “hábito de hablar” de todo lo referente a la Familia Empresaria, o discrepar, y a aprender que nadie se tiene que quedar con algo adentro haciéndole ruido. De este modo, les puedo asegurar que aumenta mucho la confianza, la unión y la ilusión entre los miembros familiares y de ellos para con la empresa.

El Comité de Jóvenes forma parte de la estructura del Consejo de Familia, que comúnmente formado por una representación de los accionistas familiares mayores de 25 años, da cumplimiento a sus funciones ¿recuerda cuáles son?…entre otras: informar y formar, dar a conocer la empresa a los familiares y favorecer la unión con el desarrollo de accionistas comprometidos y responsables.

Autora Natalia Christensen.


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