por William Steinwascher
El primer paso es comprender la importancia que tiene el pensamiento estratégico para desarrollar cualquier emprendimiento. El siguiente paso que todo emprendedor debe considerar es el desarrollo de su plan de negocio, el que es un conjunto de planes de ventas, de producción, de organización y de finanzas. Normalmente los alumnos de negocios y los emprendedores consideran que la actividad de planeación no tiene sentido y en su entusiasmo lanzan el emprendimiento sin haber realizado su planeación, en muchos casos fracasan, en otros son exitosos. Por otro lado, se sabe que la existencia de un plan de negocios no garantiza el éxito de un emprendimiento ya que muchas empresas han fracasado aun con el plan de negocios. Ante estos escenarios opuestos nos queda la reflexión de si realizar la planeación de un emprendimiento vale la pena y asegura el éxito de un emprendimiento. La verdad es que la planeación no asegura el éxito de los emprendimientos, pero sí aumenta la capacidad de éxito de este si se lleva a cabo, o sirve para descartar la idea de lanzarlo.
El plan de negocios es una herramienta muy útil en la planeación estratégica de un emprendimiento por varios motivos, entre los que podemos mencionar:
a) Es un proceso mental que organiza las ideas de los emprendedores y permite comunicarlas a inversionistas, socios, empleados, clientes y proveedores.
b) Permite desagregar sus objetivos estratégicos de largo plazo en metas específicas de corto plazo.
c) Es una herramienta de fijación de metas para los empleados y evaluación del desempeño.
d) Brinda una plataforma para que los emprendedores establezcan las acciones que deben llevar a cabo para lograr sus metas funcionales.
e) Anticipa la mayoría de situaciones que un emprendedor va a enfrentar durante los primeros años de su emprendimiento.
Como proceso mental, el plan de negocios permite que el emprendedor organice sus ideas, por actividad, en el tiempo y por prioridad. Será capaz de desarrollar un concepto más claro de su negocio, de sus alcances y de sus objetivos, así como del proceso productivo de su emprendimiento. Le permitirá conocer completamente su idea, y poderla expresar en pocas palabras a toda persona a quien quiera involucrar en su proyecto, adaptando y enfatizando los puntos importantes para cada tipo de público.
Este proceso mental permite que el emprendedor establezca metas de corto plazo para sus objetivos estratégicos en cada área funcional del negocio. Puede desarrollar pronósticos de ventas y producción, planes de inversión, etc. Para el emprendedor esta es una herramienta importante porque le establece hitos en el tiempo que debe alcanzar, y le define el ritmo y velocidad de su esfuerzo empresarial. En este sentido, también permite que los emprendedores cuenten desde el inicio con una herramienta práctica para la definición de objetivos, delegación de tareas y evaluación del desempeño de sus empleados, tanto de ventas, compras, producción y la que sea necesaria. Además, le brinda al emprendedor la posibilidad de establecer una posición de negociación son socios, proveedores y clientes. Cuando un emprendedor desconoce sus objetivos, las metas que debe cumplir, y su posición actual, está en una posición en donde no sabrá en qué momento está perdiendo o ganando en una negociación.
En este proceso de planeación el emprendedor tiene que visualizarse en diferentes momentos en el futuro de su emprendimiento. En primer lugar debe planear un conjunto de acciones y estrategias de crecimiento que debe establecer para lograr sus metas, y establecerá cuál es el momento adecuado en que debe implementarlas y la duración de estas acciones. En segundo lugar, debe anticipar un abanico de situaciones, adversas y favorables, en donde deberá responder a cambios en el ambiente, tanto por las acciones de sus competidores, proveedores y clientes, como por cambios en el desempeño económico, social y tecnológico del país. Anticiparse a estas situaciones le dará un mejor panorama del entorno de su emprendimiento e ir diseñando estrategias que le permitan adaptar mejor su proyecto al entorno e ir ganando posiciones competitivas.
Finalmente, todo emprendedor debe establecer un tiempo para hacer su planeación y un horizonte de tiempo y la complejidad que abarcará esta planeación. La duración del proceso está en función a la ventana de oportunidad de la que disponga un emprendedor, que puede ser un mes, un trimestre, un semestre o un año. Y en función a este tiempo que se disponga para la planeación, el emprendedor tendrá que priorizar el número de períodos que planeara y las variables más importantes de las que disponga para su planeación. Es importante que en esta etapa el emprendedor entienda que es más importante sacrificar cantidad para mejorar la calidad de su planeación.
Si tienes en mente un emprendimiento o deseas planear el futuro de tu emprendimiento, ya sea independiente o familiar, en el Centro de Investigación de Empresas Familiares de la Universidad de las Américas Puebla podemos brindarte orientación al respecto.
Autor William Steinwascher - [email protected]
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