Hay niños altos, bajitos, de tamaño medio... El hecho de que uno sea más alto que otro está determinado en gran medida por la herencia genética y esto es algo que no cambia fácilmente. Pero no hay que desdeñar el valor que tiene la alimentación en el proceso de crecimiento infantil.
Comer mucho no va a hacer que un niño más bien bajo llegue a ser un Gasol pero si ese mismo niño no se alimenta bien y tiene carencias nutricionales seguramente se quede más bajo de lo que debería.
Por eso hay que prestar especial atención a la dieta de los más pequeños de la casa.
El crecimiento del niño no es sólo en altura: hay más parámetros que se deben estudiar
Al hablar de crecimiento no nos referimos solo a la altura, aunque este parámetro sea el más evidente. El niño crece y se desarrolla en todos los sentidos, no solo sus huesos y músculos experimentan cambios, su mente y sus emociones están en continuo desarrollo y para que ese desarrollo alcance todo su potencial es necesario dotar al organismo del niño de todos los nutrientes que precisa.
La base de una alimentación sana no es comer mucha cantidad sino tener presentes en la dieta diaria alimentos y nutrientes de todos los grupos, esto es, carbohidratos, frutas y vegetales, proteínas, lácteos, grasas y azúcares. Hay que encontrar el equilibrio justo para dotar al niño de lo que precisa, no hay que abusar de las grasas y azúcares pero tampoco se pueden suprimir de la dieta ya que entre otras cosas contienen mucha energía que el niño necesita, al consumir grandes cantidades de la misma en su vida diaria.
Podemos pensar que si nuestro hijo no está gordo o si crece de forma adecuada no existe ningún problema nutricional, pero estos no son indicadores suficientes, puede que haya carencia en algún grupo de alimentos y esto le vaya a traer consecuencias posteriores. Si tenemos alguna duda acerca de si la alimentación de nuestro hijo es adecuada siempre podemos consultar al pediatra o a un nutricionista, de todas formas si el niño toma alimentos de cada grupo nutricional no tiene que haber problemas.
La educación del niño respecto a la alimentación sana y equilibrada es esencial
Si es importante una dieta balanceada, también lo es que el propio niño entienda lo importante que es llevar una alimentación sana. Para ello habrá que educar su paladar desde el principio creando bueno hábitos alimenticios. Por ejemplo, muchas veces los padres no ofrecen todo tipo de verduras a sus hijos porque a ellos no les gusta, después cuando intentan introducirlas ya es demasiado tarde.
La distribución de las comidas es otro de los factores a tener en cuenta para que la nutrición sea la herramienta efectiva que debe ser en el desarrollo infantil. Se recomiendan cinco comidas al día, siendo el desayuno una de las más importantes, lo completarán el almuerzo, la comida, la merienda y la cena, esta última es mejor que no sea demasiado copiosa a fin de favorecer el descanso del menor.
Por último todo este proceso de adquisición de nutrientes será mucho más efectivo si se combina con la realización diaria de ejercicio físico.