La vitamina C es un antioxidante que protege el organismo y por tanto que debe tener un papel durante el embarazo, ya que son necesarios todos los nutrientes al día para un buen desarrollo del bebé en el embarazo.
La vitamina C es importante especialmente porque:
- Aumenta las defensas
- Ayuda a eliminar las substancias contaminantes
- Es antihistamínico natural
- Ayuda a fijar vitaminas y minerales, especialmente el calcio
- Ayuda a metabolizar las grasas
- Es importante para la cicatrización, producción y regularización de hormonas
- Cuenta con propiedades antibacterianas
- Tiene propiedades laxantes
Antes del embarazo, es importante porque aumenta la movilidad y morfología del esperma, así como la cantidad de espermatozoides, lo que deriva en mayores posibilidades de tener un embarazo que se desea.
Se puede encontrar vitamina C en naranja, limón, coles, kiwis, pomelos, fresas, rábanos, cebollas, espárragos, soya, tomates, manzanas, alcachofas y más alimentos, que además son sanos en una alimentación equilibrada. Se recomienda una cantidad de vitamina C en el embarazo de 85 mg, y en la lactancia se debe aumentar hasta los 120 mg al día, no se debe carecer de vitamina C pero tampoco hacer un abuso de ella.
La carencia y déficit de vitamina c se asocia a cabellos quebradizos, piel seca y áspera, mayor tiempo de cicatrización de cualquier herida y moretones. Una cantidad adecuada de vitamina C en el embarazo es segura y no conlleva ningún problema ni complicación, de hecho es beneficiosa.
Es importante para el desarrollo óseo y crecimiento de los dientes del bebé y ayuda a la absorción de hierro evitando la anemia ferropénica. Tiene propiedades anti infeccionas y antitoxicas, ayuda a la regeneración de tejidos y huesos, entre otras propiedades beneficiosas de la vitamina C en el embarazo.