Revista España

La Importancia de las márgenes y linderos en la agricultura

Por Circuspygargus @Naturaaragonesa
   Durante los últimos años, la evolución de las parcelas de los cultivos ha variado significativamente. La incorporación de potente maquinaria, de mayor tamaño, buscando mayores rendimientos y, por que no decirlo, una política agraria no muy acertada, ha propiciado parcelas de mayor tamaño, eliminando muchas de las márgenes existentes. Este hecho está propiciando que nuestro paisaje agrario cambie a gran velocidad. El impacto visual es quizás lo más visible pero no lo único ni lo más importante.
   Las márgenes entre cultivos, pobladas de arbolado y con matorral, ofrecen otros beneficios como son la regulación de régimen hídrico, la protección contra la erosión, el reciclaje de los elementos minerales, la disminución de la evapotranspiración o la protección de los ríos, entre otros.
   Regulación del régimen hídrico.
   El agua de lluvia sigue dos caminos, uno es la infiltración y otro la escorrentía por la superficie, con los graves problemas de erosión que acarrea. Los bosquetes y márgenes arboladas facilitan la infiltración del agua en el terreno, haciendo que esta circule más despacio y por capas profundas. Este fenómeno permite una mayor carga de los acuíferos, indispensable para mantener un caudal mínimo en ríos, barrancos y fuentes durante el estiaje. Las avenidas de los ríos se ven reducidas notablemente al llegar el agua de lluvia progresivamente.
   Protección contra la erosión.
   Un centímetro de suelo fértil necesita entre 100 y 400 años para formarse y apenas unos minutos para perderse. Una pérdida de suelo grave, como el que estamos acostumbrados a ver en mucha parcelas de nuestro entorno, debería considerarse casi irreversible. Las márgenes con vegetación, sobre todo si se encuentran perpendiculares a la pendiente, frenan la velocidad del agua y, como ya hemos comentado, gracias a la infiltración, disminuyen el volumen de esta. Las grandes parcelas labradas o sin cobertura son especialmente sensibles a la erosión.
   Reciclaje de los elementos minerales.
   En Aragón tenemos varias zonas en las que la contaminación por nitratos es crítica. Algunas fuentes y manantiales, apreciadas durante años, han visto colgado el cartel de “Agua No Potable” por encontrarse con porcentajes de nitratos que superan en mucho los límites máximos permitidos. Algunos ríos tienen cantidades enormes y con una tendencia al aumento. La mayor parte de estos minerales proceden de la agricultura. Los árboles presentes en las márgenes intercaladas entre los cultivos constituyen una eficaz barrera natural que permite recuperar y almacenar estos minerales. Al poseer raíces profundas obtienen la parte que los cultivos adyacentes no alcanzan.
   Disminución de la evapotranspiración.
   La evapotranspiración constituye la emisión de vapor de agua a la atmósfera y comprende la evaporación propia del suelo y la transpiración de las plantas. Para limitar esa pérdida de agua, las plantas han desarrollado un sistema que consiste en cerrar sus estomas ante una fuerte transpiración, bien con altas temperaturas o fuertes vientos. Ello acarrea que ante ese cierre de estomas, la fotosíntesis  se reduce o se para, con una disminución en la producción en los cultivos. Las márgenes pobladas de arbolado y matorral contribuyen a reducir la evapotranspiración, reduciendo la velocidad del viento, aumentando la humedad del suelo y del aire, entre otros beneficios.
   Protección de los ríos.
   Los árboles y arbustos junto a las riberas de ríos y barrancos protegen eficazmente sus orillas frente a la erosión y reciclan un importante volumen de nitratos y fosfatos procedentes de la escorrentía de los cultivos. Frente a las avenidas, el arbolado juega un importante papel frenando la velocidad del agua, redundando en un menor daño a los cultivos próximos a estas zonas. La vegetación de las orillas retiene un gran porcentaje de los sedimentos que son arrastrados por los procesos erosivos, mejorando la calidad del agua, favoreciendo a las especies piscícolas y disminuyendo la colmatación de los embalses. La sombra sobre el agua reduce significativamente la temperatura del agua, con los beneficios que ello acarrea sobre los insectos y por ende del resto de fauna de la cadena trófica.
   Beneficios sobre la fauna.
   La presencia de un mosaico de vegetación, favorecido por márgenes y linderos poblados, beneficia directamente a la fauna. El número de especies animales de una zona de cultivos con arbolado en sus márgenes es muy superior al que se encuentra presente en cultivos extensivos, donde las márgenes apenas existen o cíclicamente se queman o se roturan.
En general, los terrenos marginales y menos productivos cuentan con una reforestación aceptable, sin embargo, en las zonas llanas e intensivas la presencia del árbol es cada vez más testimonial. Hemos de concienciarnos de que el árbol es un elemento fundamental en nuestro paisaje y entre todos hemos de conseguir que aumente su presencia en nuestro entorno.
   Cifras.
   Una margen de 6 metros, con arbolado, hierba y matorral, comparándolo con un suelo desnudo, es capaz de:
Reducir un 62 % el volumen de agua de escorrentía.
Retener un 89 % de materiales en suspensión.
Recuperar el 65 % de nitratos y el 50 % de fósforo que se filtra hacia las capas profundas y los ríos.
Disminuir un 30 % la evaporación de agua.
Incrementar la cantidad de rocío hasta en un 70 %.
Aumentar un 20 % la humedad del suelo, asegurando reservas de agua.
Aumentar la humedad del aire en un 5 %, disminuyendo ligeramente la evapotranspiración.
Un bosque galería joven es capaz de absorber hasta 900 kg. de nitrógeno/ha. y año, nitrógeno que acabaría en los ríos y aguas subterráneas.
Comparando dos cuencas fluviales, una altamente reforestada y otra con muy poco arbolado, el flujo de las riadas es 10 veces menor en la primera.

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