La alimentación tiene un papel muy importante en el embarazo, y dentro de la alimentación, las proteínas tienen un papel clave en el embarazo. Son necesarias para una buena formación y mantenimiento de músculos, estructuras celulares, sistema inmunológico u hormonas, y no sólo eso sino que también se requieren para formar algunas estructuras de feto y placenta o útero de la mujer.
Las necesidades de proteínas en un adulto son de 3,2 gramos al día, pero sobre todo a partir de la semana 28 del embarazo se incrementa la cantidad de proteínas porque es cuando el feto tendrá mayor actividad celular, siendo en aquel entonces necesario un aporte adicional de 4,7 gramos al día. En el embarazo, por norma general, se suele tomar unos 900 gramos de proteínas, teniendo en cuenta los datos antes mencionados y sabiendo que con una alimentación adecuada se pueden conseguir sin necesidad de ningún suplemento adicional.
Existen muchos alimentos que pueden ofrecer una buena cantidad de proteínas, y son más conocidos por esto las carnes, los pescados, los lácteos, los huevos y las legumbres.
Se recomienda tomar al menos 4 raciones de lácteos al día; 2 raciones de carnes, huevos y pescados al día; y legumbres, pasta, patadas y arroz al menos de 2 a 4 veces a la semana.
La carencia de vitaminas puede dar lugar a disminución del sistema inmune, retraso mental y algunas enfermedades, aunque no es nada habitual en los países desarrollados. El exceso también es malo, puede producir descenso de densidad ósea, disfunción hepática, hiperactividad del sistema inmune y más.
Una dieta equilibrada y completa es la clave para un correcto embarazo y un buen crecimiento y desarrollo del feto, teniendo en cuenta la importancia de contar con las calorías necesarias.
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