La importancia de leer Términos y Condiciones

Cada año millones de usuarios nuevos crean una cuenta en alguna red social, sea cual sea su razón o interés en formar parte de una red social los nuevos usuarios deben completar un registro, que dependiendo del tipo de red social pedirá mucha o poca información sobre nuestra identidad. Nombre, nickname, ubicación, sexo y edad son algunos de los campos comúnmente solicitados en la web, posterior a dar nuestra información (real o falsa) con un simple clic firmamos un contrato el cual por costumbre la mayoría de los usuarios NO LEE.

En la vida “offline” cuando vamos a un banco y solicitamos una tarjeta de crédito, o compramos un carro, una casa, contratamos un plan de telefonía móvil, etc. Siempre hay un contrato presente, es un requisito legal que a groso modo demarca nuestros derechos y obligaciones sobre el bien o servicio adquirido. Siempre que estamos frente a un contrato de estos, nos esmeramos por comprender dicho contrato y no encontrar las famosas “letras chiquitas” que suelen perjudicar a una de los involucrados en dicho contrato.

De vuelta a la web, una vez que el usuario crea una cuenta nueva, uno de los pasos finales para activar su acceso es leer los términos y condiciones y aceptarlos o rechazarlos, de modo que, cuando aceptas los términos y condiciones se crea tu acceso, de lo contrario NO puedes gozar del nuevo servicio al cual te estás dando de alta. Entendamos que “Términos y condiciones” a diferencia de un “Contrato” son una lista de apartados DETERMINANTES y un contrato (la mayoría de las veces) puede ser modificado a modo de que ambas partes estén de acuerdo.

La mayoría de las veces al aceptar sin leer no sabemos bajo qué reglas estamos interactuando en la web, uno de los ejemplos más significativos es el uso de “nuestra información” publicada, una vez que subimos fotos, comentarios, música, documentos y todo tipo de archivos la mayoría de las veces el contenido publicado deja de ser nuestro y pasa a tener una licencia de uso por parte de terceros, es decir, somos responsables de lo que publicamos pero el dueño de nuestros contenidos pasa a ser de otro.

Nuestros datos personales son vendidos a empresas primordialmente de mercadotecnia que hacen estudios para anunciar o vendernos cosas de manera “personalizada”. Estudian nuestros gustos, costumbres horarios, redes de contactos, hábitos de compras, etc.

Con esta reflexión y dadas las necesidades de comunicación y entretenimiento online difícilmente nos podemos negar a aceptar los términos y condiciones que imponen los servicios. Esto no se limita a redes sociales, existe en la gran mayoría de las herramientas que usamos hoy día, nuestro sistema operativo, paquetería de oficina, reproductores, juegos, servicios de almacenamiento en la nube, navegadores, etc (la lista es inmensa).

Leer los términos y condiciones nos quita tiempo, pero también nos da la certeza de lo que el servicio puede y no puede hacer con los datos que proporcionemos, de este modo queda en nuestra decisión compartir algo nuestro que pase a ser de la propiedad de un tercero o conservar lo nuestro.

Somos lo que compartimos, les dejo un vídeo de reflexión para pensar sobre nuestro uso de los medios electrónicos y sobre la información que consideramos “nuestra”

¿Qué opinas?

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