De alguna manera el nombre que llevo me hace sentir cierto orgullo. Podríamos decir que soy un homenaje viviente a Dino Ferrari, el primer hijo de Enzo Ferrari. No es un orgullo de esos que uno lleva por ahí enarbolando el nombre de un gran héroe o alguien muy destacado en alguna disciplina. Es simplemente el orgullo de llevar un nombre debido a que alguien más lo tenía o lo tuvo. Dino murió muy joven víctima de una enfermedad degenerativa en 1956, muchos años antes de que yo naciera. Mi viejo, amante de las carreras de autos y la Fórmula 1 decidió que yo me llamaría como el hijo de Don Enzo y así fue. Y así es.
El emporio Ferrari tiene su sede en Módena, al norte de Italia. Tuve la suerte de visitar el Museo Ferrari en 2002, junto con Aldana. En aquella oportunidad estábamos en Florencia y nos tomamos dos trenes y dos buses para llegar a destino. En 2015 tuve otra vez la posibilidad de repetir la experiencia. Esta vez volví a ir con Aldana, pero también con Tahiel, mi pequeño hijo, lo cuál me generó más placer aún. Esta vez estábamos en Bologna y llegar fue mucho más fácil.
No sé bien por qué visitar Ferrari me pone de muy buen humor. Siempre me parecieron los autos más lindos del mundo y la historia de la marca y de la escudería me perece apasionante. Creo que tiene mística. Será que como de alguna forma llevo mi nombre en homenaje a una personalidad importante en la historia de la marca, me siento quizás parte. El problema es que ellos no lo saben y soy un simple visitante más. En 2002 intenté visitar la fábrica y me negaron la entrada aduciendo que sólo los clientes o la prensa especializada pueden entrar. Conté el por qué de mi nombre y sólo les quité una sonrisa, pero permisos extra… nada.
Además de las dos enormes plantas para fabricar los coches de “calle” y de Fórmula 1, más una pista de pruebas, el universo Ferrari hoy cuenta con dos museos, lo único que se puede visitar por los simples mortales. El primero, es el Museo Ferrari, donde uno puede palpitar en cada sala la historia y evolución de la marca a través de sus modelos y, por supuesto, toda un ala dedicada a la escudería Ferrari que anima la Fórmula 1 desde 1950. Esto lo hace ser el equipo activo más antiguo del campeonato.
En el museo me dediqué a pasear con Tahiel (y a perseguirlo un poco) entre los coches, los motores y los trofeos. A Aldana la sala que más le gustó fue donde estaban los autos de calle antiguos, como el gris que se ve en la foto. En otra sala están los modelos más modernos. Otra de las salas más interesantes es la que se encuentra al final del recorrido: la sala de las victorias de la Fórmula 1, con los últimos modelos que ganaron los campeonatos del mundo, algunos trofeos y varias fotografías de los campeones, entre los que se encontraba Juan Manuel Fangio.
Durante el recorrido nos encontramos con una Ferrari Dino, serie que se produjo entre los años 1968 y 1976 en homenaje, obviamente, al otro Dino. Nos sentamos con Tahiel en el suelo, muy próximos a la “Dino”, y le conté brevemente la historia. Pareció entenderme porque me escuchaba atentamente y señalaba con su dedito índice el logo que tan orgullosamente portan el capot y las llantas de cada Ferrari Dino. Única serie que cambió el archiconocido logo del Caballino Rampante que identifica a la marca.
“Per me, la vittoria più importante è quella che debbo ancora conseguire”, Enzo Ferrari.
(“Para mí, la victoria más importante es la que todavía tengo que lograr”).
El segundo museo, inaugurado a fines de 2014, es el Museo Enzo Ferrari donde se expone la vida y obra del mentor de una marca sinónimo de calidad y excelencia. Además están expuestos algunos de los más lindos autos de “calle”, hay un simulador de Fórmula 1 (con un pago extra) y se presenta un video muy emotivo sobre la historia y los sueños de Enzo.
Fue una visita muy colorida en nuestro viaje, más bien, muy colorada. Dicen que no hay dos sin tres. Espero volver por tercera vez entonces con Tahiel ya más grande.
Para aquellos amantes del automovilismo, visitar estos museos es como tocar el cielo con las manos.
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Agradecemos a Emilia Romagna Tourism por la organización del blogtrip y la visita al Museo Ferrari. Pueden seguir el viaje nuestro y de otros bloggers bajo los hashtag #inemiliaromagna o #viaemilia.Información práctica
¿Cómo llegar?
Las ciudades más cercanas son Parma y Bologna.
Museo Enzo Ferrari, Módena.
Se encuentra en Vía Paolo Ferrari, 85, Modena.
Horarios, precios de las entradas y tickets combinados en este link.
Museo Ferrari, Maranello.
Se encuentra en Vía Dino Ferrari, 43 Maranello.
Horarios, precios de las entradas y tickets combinados en este link.
Entre ellos hay unos 25 minutos en auto. También es posible ir de uno a otro caminando un poco y combinando los buses 1 y 800. Todo el trayecto demora aproximadamente 1 hora.
En las webs oficiales de ambos museos (los links que les dimos más arriba) está toda la información actualizada sobre promociones, precios y horarios. No dejen de mirarlas antes de ir.