Revista Maternidad

La importancia de los brazos, los abrazos y el manos libres

Por Latetaymas @LaTetayMas

En una página como La Teta y Más, dedicada a la lactancia, la crianza y el porteo, creo que es fundamental una página dedicada a la seguridad en los portabebés.

Hay que tener en cuenta que, aunque cada vez veamos más familias que optan por llevar, al menos ocasionalmente, a sus bebés en brazos, y a pesar de que en realidad, lo normal debería ser esta práctica, lo cierto es que la inmensa mayoría de las familias llevan a sus hijos en carritos de manera habitual; los portabebés, sobre todo los que llamamos “fisiológicos” o “ergonómicos” despiertan muchas susceptibilidades, y a la mayor parte de las familias que preguntemos, le parecerán “cosa de otros lugares”, “un horror para la espalda”, “una forma de malcriar al niño”, y “peligroso”.

Y hay que ser justos: ha habido muertes en estos portabebés. Muertes de niños recién nacidos.

¿Por eso el portabebés es peligroso? No. El peligro radica en el mal uso.

Hace unos años, al saber que una gran superficie empezaba a vender fulares, me armé de mala leche y fui a que los dependientes me explicaran cómo y de qué manera usar aquel “extraño aparato”. La conversación a mi me hizo gracia y a mi madre, que iba conmigo, le dio una vergüenza terrible. Pero lo cierto es que, pensándolo y después de conocer las consecuencias del mal uso de un portabebés, da mucho miedo.

Después de las primeras muertes en un portabebés, de niños muy pequeños en Estados Unidos, hace unos años, la Comisión Para la Seguridad de los Productos de Consumo publicó esta guía para que quienes quisieran usar un portabebés lo hiciera de forma segura. Pero es que yo creo que, para empezar, la primera medida de seguridad sería impedir que un bebé vaya, la mayor parte del tiempo, acostado en la posición cuna. Puede ser que para quien vea a un bebé la mejor postura, porque es como todo el mundo coge a un bebé, sea esa, pero lo cierto es que es la peor.

La base fundamental de un porteo seguro es asegurarse de que la postura del bebé es la adecuada.

Se trata, no sólo de que ofrezca un buen apoyo y sostén para su espalda, cadera y cuello para garantizar un correcto desarrollo y un porteo exento de lesiones, sino de que todo el cuerpo del bebé garantice que no se le puede ocluir la vía aérea. Debemos tener en cuenta que un bebé de menos de 4 ó 5 meses no tiene tono muscular en el cuello, y por lo tanto, si queda atrapado en una postura inadecuada, no la podrá corregir por sí mismo. Y en una postura “cuna” no es difícil que el mentón del bebé se acerque a su pecho, postura en la que la respiración no es posible.

Bien, atentos a la foto:

 

Comparativa 1

A esta postura, que normalmente llamamos “ranita”, se la llama “Posición Canguro”. Es, de hecho, la misma postura que se enseña a los papás de bebés prematuros que hacen Cuidados Madre Canguro, y si es buena para un bebé con dificultades, lo es para un bebé nacido a término.  Vamos a ver las señales de que la postura es correcta:

  1. La espalda del bebé está curvada, haciendo una especie de “C”, aunque en bebés nacidos prematuros, esa “C” es difícil de ver, pero bastante clara en niños nacidos a término.
  2. Sus rodillas están ligeramente por encima de su culete.
  3. Las piernas tienen una separación de 90º entre ellas. Para ello, hay que tener en cuenta que la cadera del bebé va a estar ligeramente basculada hacia delante, de forma que lo que va en contacto con el cuerpo del portador es, en realidad, su periné; si fuera como “sentado” y el portador fuera muy grande, la apertura de sus piernas podría llegar a ser del doble de lo que debe.

Esta postura hace que el cuerpo bloquee las cervicales, de forma que la cabeza del bebé no basculará de forma exagerada, y su cuello estará protegido. Se trata de evitar el peligro de que ocurra una apnea obstructiva, y para ello, la barbilla del niño debe estar separada de su pecho, alineada con el final de la oreja. En el caso de bebés pequeñitos, la cabeza debería estar de lado, con una parte apoyada en el pecho del portador, y mirando ligeramente hacia arriba; cuando el bebé es más grandecito, esto no importa tanto, y puede ser que prefiera ver a mamá o a papá.

Y siempre, siempre, escuchad a vuestro bebé. Puede ser que ir con la cabeza demasiado sujeta le resulte inquietante o desagradable, así que será mejor que le sostengáis la cabeza con la mano, para luego, por ejemplo, ir sujetando poco a poco el cuello.

A estas recomendaciones hay que añadir, por supuesto, que un portabebés, por bueno y seguro que sea y se utilice, no es un dispositivo de retención infantil para el coche, y que desde luego, hacer deporte con un niño cargado a la espalda no es lo más recomendable.

Pero sobre todo, sobre todo, no desestimes la ayuda de una asesora. Quienes nos dedicamos a esto le hemos echado mucho tiempo y dinero para estar correctamente formadas para ayudarte a disfrutar de tu portabebés de forma adecuada y segura. No todo el mundo está capacitado para ofrecer este tipo de asesoramiento, y desgraciadamente, muchas instrucciones que acompañan portabebés estupendos causan error y fomentan prácticas inseguras.

Así que, ya sabéis. Como siempre os digo, haced caso de vuestro instinto cuando os apetecen brazos y abrazos. Ayudaos de un buen portabebés para tener un útil manos libres. Pero consultad siempre a alguien formado e informado para que podáis llevar a vuestros hijos todo el tiempo que queráis con toda la tranquilidad del mundo.

Gracias a Trini Martín Mellado, formadora en Cuidados Madre Canguro, por el asesoramiento experto.

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