La importancia de los conocidos o lazos débiles
Las relaciones con vecinos, amigos de amigos o compañeros de trabajo son más relevantes para nuestro bienestar de lo que creemos, tal y como han asegurado varios estudios científicos.
Los lazos débiles, también conocidos como conexiones lejanas o vínculos débiles, son relaciones informales y menos cercanas que mantenemos con personas que no forman parte de nuestro círculo íntimo. Estas conexiones suelen ser con conocidos, compañeros de trabajo, amigos de amigos o personas con las que tenemos interacciones menos frecuentes.A diferencia nuestras relaciones más cercanas e importantes (mejores amigos, familia...), los lazos débiles son menos íntimos, pero igualmente importantes en nuestra vida social y profesional. De hecho, algunas investigaciones han demostrado que este tipo de relaciones es fundamental para la difusión de información, oportunidades y recursos.
En este sentido, en la década de los 70, el investigador de la Universidad de Stanford, Mark Granovetter, publicó un estudio sobre el mercado laboral donde revelaba que la mayoría de las personas encontraban empleo sobre todo a través de conexiones débiles.
Esto se explica por el hecho de que nuestras relaciones cercanas tienden a compartir información y experiencias similares a las nuestras, mientras que los lazos débiles nos conectan con redes más diversas y con acceso a información nueva y variada.
“Los vínculos débiles te conectan con redes que están fuera de tu propio círculo”, explicó Granovetter en una entrevista de 2022. “Te brindan información e ideas que de otro modo no habrías obtenido”, añadió.
Pero, además, en el ámbito profesional, estas relaciones son valiosas para la colaboración, el intercambio de ideas y la creación de redes. Recientemente, un experimento único a gran escala codirigido por un académico del MIT (Instituto Tecnológico de Massachussets) demostró que, en LinkedIn, esos vínculos débiles tienen más probabilidades de ayudarnos a conseguir un nuevo empleo, que las personas de nuestra familia o amigos cercanos.
“Cuando analizamos los datos experimentales, en general, los vínculos débiles son mejores para la movilidad laboral que los vínculos fuertes”, afirmaba Sinan Aral, profesor de gestión en el MIT y coautor de un estudio que ha involucrado a millones de usuarios de LinkedIn.
Y es que, las conexiones con colegas, conocidos de la industria y personas fuera de nuestro círculo inmediato pueden abrir puertas a oportunidades de crecimiento profesional, proyectos colaborativos o desarrollo de carrera.
“Los vínculos débiles tienden a abarcar mayor amplitud de la red social general del mercado laboral”, en palabras del científico de investigación aplicada en LinkedIn, Karthik Rajkumar. Por el contrario, “nuestro círculo más cercano tiende a ser redundante porque tienes acceso al mismo tipo de recursos, información, etc.”, añadió.
En ello, la tecnología moderna, especialmente las redes sociales han ampliado aún más nuestra capacidad para mantener y aprovechar esos lazos débiles. Plataformas como LinkedIn, Twitter (ahora 'X') y Facebook permiten conectar con una amplia gama de personas y mantenernos al tanto de sus actividades y logros. Por ello, es importante recordar que la calidad de estas conexiones sigue siendo crucial, incluso en el mundo digital.
Conexiones esenciales para el bienestar
Al mismo tiempo, se considera que estos conocidos son determinantes para el apoyo emocional y la cohesión social. Así, aunque no compartamos una intimidad profunda con estas personas, son conexiones que nos pueden ofrecer perspectivas diferentes, consejos prácticos y un sentido de comunidad más amplio. Relaciones que, según algunos expertos, pueden ser especialmente relevantes en momentos de transición, como buscar empleo, mudarse a una nueva ciudad o superar problemas personales.En 2014, las investigadoras Gillian M. Sandstrom y Elizabeth W. Dunn publicaron un estudio en la revista Personality & Social Psychology Bulletin donde corroboraban la importancia de los simples conocidos en el bienestar subjetivo de las personas.
Dado que hasta ese momento los estudios de psicología social habían puesto el foco solo en el círculo más íntimo, Sandstrom y Dunn se propusieron comprobar si la felicidad solo estaba relacionada con las interacciones más cercanas o si el hecho de contar con estos vínculos también ayudaba.
Así pues, las investigadoras hicieron varios experimentos con estudiantes. En el primero de ellos los voluntarios experimentaron mayor felicidad y mayores sentimientos de pertenencia los días en que interactuaron con más compañeros de lo habitual.
En los siguientes experimentos se amplió el alcance para incluir todas las interacciones diarias, tanto con vínculos fuertes como débiles. Los datos volvieron a mostrar indicios de que los vínculos lejanos se podían asociar con el bienestar social y emocional.
Los resultados pusieron de relieve el poder de los vínculos débiles, sugiriendo que “incluso las interacciones sociales con los miembros más periféricos de nuestras redes sociales contribuyen a nuestro bienestar”, tal como anotaron las autoras del estudio.
De ello, se desprende la idea de que no debemos subestimar las interacciones que mantenemos con conocidos ya que, aunque no sean personas con las que tengamos una amistad profunda, “pueden contribuir a que seamos más felices”.
Las interacciones con conocidos, como apuntaron Gillian M Sandstrom y Elizabeth W Dunn, “aumentan nuestro sentimiento de pertenencia a un grupo social y pueden reducir el sentimiento de soledad, favorecer el apoyo emocional entre unos y otros, suponer el inicio de una nueva amistad o hacernos más agradable el tiempo que pasamos en el trabajo”.