Revista Ciclismo

La importancia de los entrenamientos de recuperación

Por Rafael @merkabici

Muchos de los amateurs que practican ciclismo siguen un plan de entrenamiento con el fin de preparar algunas pruebas cicloturistas o competitivas a lo largo de la temporada, o simplemente tienen un plan de entrenamiento para estar cada vez mejor físicamente y poder disfrutar al máximo de las salidas del fin de semana con la grupeta.
Muchas veces, los ciclistas amateurs se afanan en entrenar a tope y hacer entrenamientos con mucha carga, con series y muy duros, olvidando en muchas ocasiones el descanso o los entrenamientos de recuperación.
Y es que tanto en el ciclismo como en cualquier otro tipo de deporte el descanso o los entrenamientos de recuperación son esenciales, y tienen que formar parte del entrenamiento en sí. En el caso de que tengamos un entrenador personal, que cada vez está más de moda porque se puede hacer un seguimiento a distancia, seguro que el entrenador incluye en la rutina de entrenamiento los entrenos de recuperación.
Y en el caso de que no tengamos entrenador personal y nosotros seamos nuestros propios entrenadores es fundamental que los incluyamos.
Cuando realizamos un enternamiento intenso, nuestro organismo se ve agredido y su nivel físico disminuye respecto al estado que tenía antes de empezar el entrenamiento. En este momento el organismo se está preparando para el siguiente entrenamiento, adaptándose para ello a nivel muscular, cardiovascular, etc. Este es el fenómeno que se conoce como supercompensación, y propicia que el siguiente en el siguiente entreno nuestro organismo esté más adaptado para superarlo de manera más eficiente.
supercompensacion
Pues bien, aquellos deportistas que no realicen el descanso o los entrenamientos de recuperación estarán impidiendo este fenómeno. Es más, si lo único que hacemos es entrenar a tope siempre, con mucha intensidad, series y salidas a fuego lo que acabaremos consiguiendo a la larga es que nos fatiguemos y por lo tanto nuestro rendimiento sea menor.
En cuanto al tiempo de recuperación que hay que emplear, va a depender de cada ciclista. Dependerá de la edad, del momento de la temporada, de la carga de trabajo, del nivel físico o del estado de salud general de cada uno. Por ello no hay una pauta predeterminada para realizar los entrenamientos de recuperación.
No obstante, aunque no haya una pauta general, cada uno de nosotros nos conocemos muy bien, y sabemos cuando nuestras piernas están fritas y nos piden descanso. Pues bien, tenemos dos formas de descansar. El descanso total, que consiste en no hacer nada de deporte, y en entrenamiento de recuperación. Este último consiste en lo que llamamos salir a soltar piernas o rodar suaves. Con una hora y media o dos horas rodando a ritmo suave, sin exigirnos nada y en llano nos recuperaremos mucho antes de los sobreesfuerzos que hayamos podido realizar.
Al realizar este tipo de entrenamiento suave estamos eliminando todo el ácido láctico que hemos acumulado durante las sesiones duras de entrenamiento o las marchas o carreras en las que hayamos participado. Este entrenamiento es fundamental para no quemarse y para que se produzca la supercompesación y cada vez vayamos mejor encima de la bicicleta.
Lo ideal para realizar los entrenamientos de recuperación podría ser al día siguiente a una marcha o carrera, en las que en general hemos sometido a nuestro cuerpo a una carga física muy elevada. Pero no solamente después de una prueba es recomendable, sino que nuestro propio cuerpo nos va a “decir” cuando realizarlo. Cuando sentimos las piernas demasiado cargadas o vemos que no tenemos buenas sensaciones encima de la bici es el momento ideal para realizar este tipo de entreno.


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