Cualquier acción de Marketing que una empresa desarrolle, ha de contribuir a conseguir los objetivos que se hayan definido dentro del propio Plan de Marketing.
Para poder analizar la contribución que esas acciones tienen sobre los objetivos se hace necesario poder medir el impacto que tienen sobre nuestros clientes o potenciales clientes.
Para ello, se puede pensar que los valores absolutos pueden ser una buena medida. Por ejemplo, se puede pensar que el un email que envié tuvo mejores resultados que un segundo porque hizo que consumieran 100 clientes en lugar de 10. Sin embargo, esta medida puede llevarnos a grandes errores. Por lo que otros tipos de ratios/indicadores suelen representar mejor lo que está pasando con tus acciones. En este caso puede ser que el segundo email consiguiera convertir en consumo un 10% de los clientes contactados frente a un 5% que convirtió el primero, por lo que se puede asumir que el tipo de creatividad utilizada en este caso fue mejor.
Para poder analizar las acciones de Marketing que desarrollemos es fundamental primero definir cuál es el objetivo que se persigue. Si no tienes un objetivo claro, poco vas a poder medir y de poco te va a servir la acción.
En segundo lugar, definir uno o varios indicadores que te facilite medir y comparar los resultados obtenidos entre las distintas acciones que realices para conseguir ese objetivos.
En tercer lugar, poner todos los esfuerzos posibles en recuperar la información y datos para poder determinar cómo se ha comportado esa determinada acción.
Una vez que tenemos todo esto, continuar se hace mucho más simple. Sólo te queda seguir haciendo pruebas con otras acciones que te permitan mejorar los ratios que has obtenido en tus acciones previas. Esto ya es cuestión de prueba/error.
¿Parece fácil, no?