Para un emprendedor, ¿es importante una buena asesoría legal?
En la aventura de emprender hay muchos factores que van a determinar nuestro éxito. Seguramente el más importante seamos nosotros mismos, los protagonistas de la historia; nuestra motivación, nuestra actitud y nuestra mentalidad influyen directamente en la interpretación de los sucesos que ocurren delante de nosotros, esa interpretación moldeará nuestros pensamientos, lo que a su vez provocará unos actos determinados y con ello unos resultados. Ergo la interpretación de lo que vemos, influye directamente en los resultados que obtenemos.
Cuando nos encontramos bien, motivados, con una actitud positiva y una mente abierta y creativa, podemos vislumbrar con facilidad la oportunidad que se encuentra detrás de cada situación, que quizá habíamos etiquetado en un primer momento como “negativa”, en ese estado atraemos con más facilidad situaciones favorables a nuestras intenciones y somos capaces de tomar decisiones con mayor claridad y profundidad.
Una decisión que requiere sabiduría y profundidad es la de saber cómo y en qué invertir y administrar los recursos (tiempo y dinero) disponibles mientras se emprende. La experiencia me ha desvelado una conclusión que a mi parecer, resulta lógica y acertada: nosotros no podemos encargarnos de todo lo que nuestra empresa va a necesitar; es necesario apoyarse en profesionales que nos ayuden.
Más que un coste, resulta ser una inversión muy rentable.
En el caso que más de cerca conozco, la asesoría legal, hay dos detalles que siempre me han llamado la atención: el primero es lo sorprendidos que se quedan los emprendedores primerizos al ser conocedores de la cantidad de información que desconocen y que puede ser determinante en su camino hacia el éxito; el segundo es el hábito de los emprendedores más expertos de considerar imprescindible la asesoría legal en su próximo proyecto.
El registro de la sociedad, la elaboración del pacto de socios o la redacción de las condiciones legales de un sitio web son algunos procesos que un buen abogado puede convertir en algo rápido, sencillo y productivo, aunque no son los únicos: la necesidad de registrar una marca o no, las leyes que afectan al área a la que te vayas a dedicar o las diferentes técnicas para motivar a tus empleados mediante comisiones, porcentajes o “stock options”, son otros procesos que pueden situar a tu empresa en el sentido y la dirección correctas para llegar al éxito.
En estos temas, por mucho que nos esforcemos o por mucho que consultemos Google es improbable que lleguemos a conseguir la calidad que un profesional puede ofrecernos.
Santi Gómez