Antes de las pandemia del Covid-19, comprar en comercios electrónicos dependía de la vinculación con la tecnología. Sin embargo, tras el aislamiento al que fuimos sometidos los ciudadanos, las compras por internet no han dejado de aumentar. Este hecho ha provocado que las empresas miren con mayor atención a su cadena de suministro, así como la logística y el embalaje, ya que el valor agregado que podría aportar está cambiando, ya que el consumo en tiempos del Covid-19 es vital para que la economía no pare.
Curiosamente cuando hablamos de e-commerce lo primero que pensamos son páginas web, sistemas de pago, plazos y costes de envío, atención al cliente y marketing online; sin embargo, muchas tiendas online se olvidan de un punto crítico que puede cambiar el rumbo de su negocio: el almacenamiento logístico.
El almacenaje y preparación de pedidos, es crucial para el funcionamiento del e-commerce porque es un negocio estacional y, por ello, se generan picos de pedidos que el almacén tiene que ser capaz de cubrir sin poner en riesgo el compromiso de entrega con los clientes. Por esto, la capacidad logística del proveedor es determinante para el éxito del negocio.
Así, contar con un sistema de gestión de almacenes garantiza que el e-commece tenga una optimización de la preparación de pedidos y la disminución de los errores en el picking.
Una tienda online necesita saber cómo va a almacenar su producto, pero no se trata solo de acumularlo, sino de colocarlo de forma que sea fácil de localizar a la hora de preparar los envíos y cuando llega del proveedor, todo esto, ocupando el menor espacio posible porque cuanto más espacio necesitas, más dinero te cuesta el almacenaje.
Es muy importante contar con armarios y estanterías que faciliten la tarea. El almacenamiento logístico debe tenerse en cuenta para conseguir el verdadero objetivo de la venta: la satisfacción y la fidelización del cliente.
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