Es habitual entrar en cualquier gimnasio y ver a gente que sale del vestuario y directamente se pone a ejecutar su rutina diaria sin plantearse ni tan siquiera correr unos metros en la cinta de correr para calentar.
De hecho ocurre lo mismo en los partidos de futbol, básquet o cualquier otro deporte que practiquemos con los amigos. Llegamos a la cancha dejamos la bolsa y nos ponemos a jugar como si nada…
Pero eso que estamos haciendo de saltarnos el calentamiento, es posible que nos traiga consecuencias que no deseamos, sobre todo a nivel articular y muscular.
A pesar de que no suele concedérsele demasiada importancia, si se hace correctamente, el calentamiento nos ayuda a elevar gradualmente la temperatura muscular, la frecuencia cardiaca y respiratoria y mejora notablemente el aporte de oxígeno a los músculos. Además, favorece la rapidez en las reacciones del sistema nervioso durante el deporte.
El calentamiento también contribuye a mejorar el rendimiento y la coordinación en la gente que practica deporte. Además, este tipo de ejercicios ayudan a reducir la posibilidad de lesiones.
¿Cuál es el mejor calentamiento?
Podemos decir que aquel que imite de forma suave y controlada los movimientos del deporte que vamos a practicar tras el desarrollo del mismo.
Por ejemplo si vamos a jugar a futbol, lo mejor es correr a un ritmo suave. En fitness por ejemplo, de nuevo la carrera es nuestro mejor aliado y posteriormente ejercicios suaves y con poco peso enfocados a los grupos musculares que vamos a trabajar. Está demostrado que la eficiencia mecánica de un músculo mejora cuando aumenta la temperatura corporal. Un esfuerzo agudo de elevada intensidad sin tener preparada la musculatura, podría provocar microrupturas en las fibras musculares.
Esto a largo plazo, y con la acumulación de ejercicio puede generar una lesión mucho más grave. Por esta razón, el calentamiento tiene una gran función preventiva de lesiones a corto y largo plazo.
El calentamiento general debe proceder al específico y no debería de exceder los 15 minutos.
Un buen indicador para saber que la temperatura corporal ha aumentado suficientemente, seria cuando empezamos a sudar. Si bien, lo que hay que tener en cuenta es que el aparato cardiovascular se haya preparado gradualmente para la actividad (puesto que podemos sudar en estado de reposo en días calurosos)
Objetivos del calentamiento
- Aumentar el ritmo de trabajo del corazón y de la circulación sanguínea de forma gradual.
- Aumentar la temperatura corporal.
- Permitir un movimiento más fluido de las articulaciones.
- Preparar las articulaciones y a sus músculos asociados para funcionar dentro de su grado completo de movimiento.
- Mejorar de eficiencia de las funciones musculares.
- Reducir el riesgo de lesiones.
- Mejorar la transmisión del impulso nervioso.
- Ayudar+ psicológicamente a preparar la actividad posterior.
El objetivo primario del calentamiento es elevar la temperatura local muscular y tendinosa, lo que determina:
- Una disminución de los períodos de latencia.
- Un aumento de la velocidad de contracción y relajación
Conclusión
No os olvidéis de introducir esa crucial parte del deporte en vuestra rutina si queréis seguir disfrutando de la práctica deportiva sin consecuencias negativas.
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