Esta semana empezó un nuevo ciclo lectivo y tanto los chicos como los padres deben ponerse a punto. Y tan importante como la compra de útiles y de libros son los chequeos escolares de rutina. “Cuando empiezan las clases los chicos deben hacerse un examen pediátrico completo que incluya la evaluación física, el interrogatorio de antecedentes, la realización de una antropometría (evaluación del crecimiento físico), la evaluación del esquema de vacunas recibidas y el análisis de la función cardiovascular”, enumeró el Dr. Rodolfo Keller, pediatra del Hospital Universitario Austral (HUA), coordinador de la atención interdisciplinaria de aptitud escolar.
Agregó que hay que concretar citas con los especialistas correspondientes para tests de agudeza visual y auditiva, así como también pruebas de desarrollo de lenguaje y un examen odontológico. Enfatizó que igual de importante es “la evaluación de la maduración psico-emocional y el comportamiento social”.
Patologías y prevalencia
Con las clases empiezan algunos riesgos: “Las enfermedades más comunes son las infecciosas, tanto de origen viral como bacteriano, pero muchas pueden prevenirse si se respeta el calendario de vacunación”, afirmó el Dr. Keller. A las infecciones les siguen los problemas traumatológicos, para los cuales es fundamental la prevención. Luego, y específicamente en nuestro país, hay una elevada incidencia de problemas nutricionales. “Por último, podemos identificar como frecuentes las alergias y los problemas respiratorios crónicos y subagudos, y a las alteraciones del lenguaje y auditivas transitorias”, refirió el pediatra.
Cada edad tiene sus particularidades
Con los años aparecen y cambian los riesgos de enfermedades y patologías. El Dr. Keller explicó que en jardín de infantes y preescolar, por ejemplo, los chicos están más expuestos al contagio de múltiples agentes, especialmente de virus. A partir de primer grado, la mayoría empieza a pasar más horas fuera de casa, rodeados de compañeros y con una mayor carga de actividades físicas e intelectuales. Finalmente, entre los 12 o 14 años, el deporte cobra más importancia, en algunos casos a niveles competitivos, motivo por el cual debe trabajarse sobre la prevención de complicaciones traumatológicas y cardiorrespiratorias para evitar secuelas a largo plazo.
“Cada edad tiene desafíos propios a los cuales los pediatras y los padres debemos anticiparnos”, concluyó el pediatra, no sin antes mencionar que “en el grupo de chicos sanos en edad escolar los controles deben ser anuales”.
Vía | Hospital Universitario Austral.