La vitamina D es una gran aliada de huesos y dientes, ya que los hace mantenerse sanos y fuertes. Pero también es muy importante su consumo para todo el resto del organismo debido a que contribuye a mejorar los estados de ánimo, evitar gripes y resfriados, disminuir el riesgo de padecer cáncer, etc.
Según los especialistas, si se consumieran los niveles de vitamina D apropiados podrían llegar a evitarse alrededor de 150 mil casos de cáncer.
Pero esto no parece tan importante si se tiene en cuenta que los estudios realizados han arrojado como resultado que más de las tercera parte de la población femenina no consume las cantidades necesarias de vitamina D para conservar sus huesos en óptimas condiciones. Más preocupante se vuelve la situación, si se agrega que el 75% no alcanza a contar con las cantidades de esta vitamina que se requiere para afrontar mejor toda clase de enfermedades.
A pesar de que muchas mujeres consumen como mínimo un vaso de leche en forma diaria, el mayor inconveniente se centra en que, para evitar los daños del sol en la piel, se suele disminuir la exposición solar. Esta es importante debido a que el sol es la fuente más significativa es la luz del sol. La utilización de bloqueadores solares no permite que los rayos del sol lleguen a la piel, generando una disminución de vitamina D en el organismo.
Pero por suerte, existen otras maneras de incrementar la vitamina D, y que no daña la piel. Una alimentación basada en los alimentos que contienen esta vitamina en cantidad hará que sus valores aumenten y el cuerpo se vea más protegido y fuerte para afrontar enfermedades como el cáncer.
El mantener sus niveles óptimos es elemental si se tiene en cuenta que la vitamina D consigue reducir valiosamente el riesgo de padecer cáncer de mama, de colon, próstata y cáncer de ovario.
Los científicos entienden que la vitamina D favorece a regular los genes de un modo en el que resguarda a las células sanas y detiene el crecimiento de los cancerosos.