‘Mise en place’ o todo en su sitio, expresión habitualmente usada por los chefs en sus cocinas, pero que no solo es útil en este entorno, también es muy aplicable en tu trabajo y básica para tu productividad personal.
Hay momentos en los que no puedes parar ni a respirar, en los que poco a poco el desorden va cundiendo en tu escritorio, tanto en tu mesa como en el ordenador, y también en tu cabeza. Ves que tu correo electrónico va llenándose poco a poco, el equilibrio y el orden en tus listas de tareas peligra, sufres para mantener la frecuencia de las revisiones, te cuesta vaciar y procesar las tareas que llegan a tu Inbox… aunque si somos ya expertos en productividad, sabemos que todo este paisaje puede ser controlado, de hecho, de eso se trata, ¿no?, que vuelva la calma y encauzar otra vez tu flujo de trabajo, aunque, por muy bien que vayas, siempre habrá momentos en los que te parecerá que el Apocalipsis está a la vuelta de la esquina.
Cuando la realidad del día a día te abruma, es más importante que nunca ser efectivo. Y uno de los pequeños detalles que te ayudará a serlo, es aplicar el ‘mise en place’.
Tener tu entorno ordenado es muy importante, a la vez que útil. Porque cuando tienes la mente borrosa y llena de tareas que se atropellan, solo te falta pensar donde has dejado tal o cual cosa, ya sea en el despacho, en la cartera o en el ordenador, ya sea un simple rotulador para marcar un texto o un memorándum que necesitas leer antes de tu próxima reunión. Piensa en todo el tiempo y concentración que te ahorrarás si cuando necesitas una cosa la coges como un autómata, porque estás seguro que está en el sitio correcto.
Todo en orden, siempre en su mismo sitio y al alcance de la mano, organiza tu entorno teniendo en cuenta este criterio y ganarás en efectividad.