El inminente lanzamiento del libro Inside Apple de Adam Lashinsky, dirigido a arrojar algo de luz sobre“cómo funciona en realidad la empresa más admirada y secretista de América” hace que empiecen a llegarnos algunos fragmentos con el claro propósito de hacernos picar el anzuelo y empujarnos a las tiendas el próximo 25 de enero para hacernos con nuestro ejemplar (en perfecto inglés evidentemente).
Uno de los ejes principales sobre los que gira el libro de Lashinsky, editor de la revista Fortune, es la obsesión de Apple por centrarse en cada detalle de sus productos, desde el más importante de sus componentes hasta el simple embalaje en el que van presentados. Referente a este último punto, el escritor afirma que Apple incluso cuenta con una sala el edificio de marketing dedicada a realizar “la más mundana de las tareas: abrir cajas”.
“El modo en que un cliente abre una caja debe de ser una de las últimas cosas que un diseñador de producto suele considerar, pero para Apple, una simple caja merece tanta atención como el dispositivo electrónico que contiene.”
Un diseñador puede pasar meses en esta habitación haciendo simplemente eso: abrir cientos de prototipos del embalaje de un nuevo iPod tratando de encontrar la experiencia perfecta, y la habitación es tan segura que se necesita una tarjeta de identificación para entrar o salir de ella. La filosofía de Apple es que el consumidor es capaz de percibir esta atención por el detalle, transmitiéndole que se preocupan por él y estableciendo un vínculo con la empresa que trasciende al precio.
El libro de Inside Apple también revela que apenas unos meses antes de su muerte, Steve Jobs se reunió con el CEO de Lytro antes de que presentasen públicamente su cámara capaz de disparar primero y enfocar después (tantas veces como sea necesario y en cualquier punto del plano focal).
Steve le confesó a su biógrafo, Walter Isaacson, que la fotografía era una de las industrias que esperaba reinventar junto con la televisión y los libros de texto, y aunque (parece que) Apple no llegó a concretar ningún acuerdo específico con Lytro, Ren Ng, su joven CEO de 32 años, revela en el libro algunos detalles sobre su reunión:
“Lo que más me sorprendió fue la forma tan clara mediante la que se expresaba. Sus ojos eran tan brillantes. Sus gafas parecían levitar sobre su nariz. Le dije lo mucho que nos había inspirado el iPad y sonrió con sinceridad. Estaba en clara resonancia.”
Steve le pidió a Ng que le enviase un correo electrónico señalando tres cosas que le gustaría que Lytro hiciese con Apple. Como fotógrafo se me ocurren no tres sino trescientas que me gustaría que Apple hiciese en la industria de la fotografía, todavía convulsionada por el salto a digital pero a la veztremendamente cobarde y comedida en sus pasos y avances.
PD: Me despido con un vídeo muy divertido realizado por el propio equipo de diseño de packaging de Microsoft en el que practican “un poco” de autocrítica comparando el diseño externo de la caja de un iPod con lo que ellos acostumbran a hacer.