Revista Deportes
Yo creo que Filipe Luis no se esperaba la tarjeta roja. Hacía 42 minutos que parecía haberse declarado la impunidad, hacía 42 minutos que ante la mirada de Undiano muchos recordaban aquella final de Copa del Rey en Valencia en la que, tácitamente, el mismo Undiano declaró el día mundial sin tarjetas, y Filipe Luis creyó que estaban ante una reedición de aquella noche.
Neymar iba por el suelo a cada jugada y Undiano daba la ley de la ventaja o señalaba la falta pero ni una mirada, ni una amonestación. Y así los rojiblancos se fueron creciendo.
Entonces Filipe Luis subió un punto el nivel de la agresividad, le puso a la intensidad(que es un eufemismo de la violencia) un punto más y sobrepasó la raya roja y de ese mismo color fue la tarjeta.
Tal vez si la llega a subir dos puntos ahora estaríamos maldiciendo y rezando para que Leo saliese bien del quirófano, pensando en cómo íbamos a encarar toda la liga y la Champions sin nuestro mejor jugador, y tal vez en algunas redacciones abrirían una botella de cava(fuera de pantalla) y ensayarían el discurso de la paz, el de "ya lo decíamos nosotros" y el "así no podemos seguir", tan solo interrumpidos por sus propias risas.
Pero, afortunadamente, Leo siguió jugando y les dio la oportunidad de inventar, de fabular sobre si le ha dado o no, de si es Leo el culpable, de si Neymar provoca con sus regates, en suma de regurgitar la bilis y de poner perdido un plató con su basura.
Han tirado de hemeroteca y han sacado fotos fijas de escenas inventadas para seguir engañando a los que se dejan, para convertir la magia en algo negativo, para hacerles creer que la belleza es provocación, y que agredir al rival es ser valiente y noble.
Van a olvidar el primer tiempo y casi ni veremos el golazo de Messi y el espectacular movimiento de Suárez en el de la victoria, de verdadero 9, de los de antes , aunque yo voy a repetir el primer tiempo hoy, más tranquilo, y abrigadito en el sofá.
Y aunque no conviene olvidar que, contra un rival en inferioridad numérica el Barça no supo jugar y se limitó a ganar el partido decepcionando un poco a los que esperábamos una reacción y que hasta nos asustamos en esa absurda falta del minuto 88, veamos la parte positiva y valoremos los tres puntos .
Y a quien corresponda, que valore también qué sería este deporte con árbitros que aplicaran el reglamento, que en lugar de permitir lo que permiten, explicaran que no tolerarán ciertas acciones. Ahora la realidad es que más que arbitrar juegan a la política, pactan, miran para otro lado, sonríen y permiten que los que violan las leyes tengan la misma(o menos) sanción que los que la cumplen.
Ayer, en el Camp Nou lo mejor no fue tan solo el resultado, lo mejor es que los nuestros salieron vivos, que hoy los quirófanos del Barça están cerrados y que, aunque tocados, podremos seguir contando con todos la próxima jornada.
Algo que en el minuto 42 nos parecía imposible